La fe por encima de todo

Enfermos y debilidad

 La fe por encima de todo

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 Me encontré este recorte y no sé de qué periódico es. Estaba algo borroso; me lo había guardado en el bolsillo y lo iba a tirar, pero lo leí antes; decía así: “¿Qué me ha enseñado la vida? Yo siempre digo que cuando me muera, me pongan esta canción de Mercedes Sosa: “Gracias a la vida, que me ha dado tanto”. Soy una persona muy religiosa. Tengo una fe viva que me ha sacado de todos los atolladeros. Cuando se murió mi hija, por ejemplo… Es que la gente que no tenga fe, ¡qué desesperación! Porque hay cosas que humanamente no las entiendes. Tengo ese privilegio. Si la fe es un don que Dios te da, me lo ha dado a borbotones”.

No puedo decir quién es la autora de estas frases, lo siento. Pero de verdad me han llegado al alma. He visto a personas que han perdido a un hijo en la flor de la vida. Su dolor es tremendo; no se puede explicar. Y esta señora que tiene fe a borbotones, ha conseguido superar este trauma, uno de los mayores que puede sufrir nuestra existencia. Por eso ¡qué grande es la fe para vivir! ¡Qué don tan enorme para sufrir y recobrar la paz!

 Hoy tú y yo hemos de razonar de un modo sencillo: Mejor es la fe que la incredulidad. La oscuridad es la misma para el creyente y para el agnóstico, pero la luz a todos se ofrece. Muchos no se enfrentan a la realidad trascendente del futuro por comodidad, miedo o pereza. Otros por soberbia. Ojalá que en alguna ocasión Dios nos dé esa fuerza de fe de la señora en cuestión. Que podamos superar las mayores pruebas de la vida agarrados a esta tabla de salvación, verdadero don de Dios. Sé tú firme en la fe aunque no veas. No desees otro estado de cosas. No digas. “Si yo hubiera visto al Señor cuando curó al paralítico o cuando marchaba camino de Emaús…” Y nos basta que nos toque un poco el corazón. ¡Brotará a borbotones!

            Estoy leyendo estos días el maravilloso libro “Historia de un alma”. Teresa del Niño Jesús sufrió sequedades e inmensa oscuridad en la fe durante la mayor parte de su existencia en la tierra. Y supo confiar. Hoy ciñe sus sienes la corona de gloria. La vida es más feliz para los creyentes que viven en consecuencia. Pregunta, si lo dudas, a quienes doblamos el meridiano de la vida. Y aléjate de lecturas que siembran inquietudes y sospechas en materia de fe. Muchos, cuanto más se esfuerzan en iluminar lo indescifrable, nos sumergen a fondo en la oscuridad. ¡Que estamos en terreno de arenas movedizas!

Hemos visto caer cedros del Líbano, por pretender escudriñar los misterios en ansia de entender los arcanos de Dios. Dile tú al Señor: “Creo, aunque no entienda, y vivo en la esperanza. Tú, Dios mío, eres mi único deseo. Elijo esta economía de salvación que Tú nos brindas. Bien sé de quién me he fiado. Y no permitas que jamás me aparte de Ti”.        Cerca de Dios superamos los trances más duros de esta vida. Fuera de Él no hay psicólogo que consiga consolarnos de verdad cuando se nos va un ser querido.

José María Lorenzo Amelibia                                         Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com              Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/  Puedes solicitar mi amistad en Facebook pidiendo mi nombre Josemari  Lorenzo Amelibia                                                                                   Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2

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