Las iglesias se abrirán

En una mañana dominical del pasado verano marchaba con mi bicicleta por una carretera a 12 kilómetros de mi ciudad. En un pueblecito encontré abierta la puerta de una iglesia. (Había terminado la Misa y todavía se hallaba el sacerdote en la sacristía).


Permanecí durante veinte minutos en adoración al Señor del sagrario. El sol penetraba por una ventana, y trinos de pájaros servían de acompañamiento a mi oración . El ambiente era de una gran paz.

Cuando finalizó mi visita salí al pórtico. Le pregunté al sacerdote por qué no mantenían abiertos los templos durante todo el día. - El miedo a los ladrones.(Me contestó). Y qué poco era lo que en aquella iglesia podrían robar: tan sólo dos imágenes sin gran valor artístico. ¡Con lo sencillo que resulta colocar alarmas de seguridad!

Es pena que muchos sacerdotes vayan clausurando estos remansos de oración.
En algunas iglesias los párrocos han organizado turnos de vela al sagrario. Así Jesús derrama su gracia abundante sobre el mundo. Y los mismos fieles orantes custodian mientras tanto la integridad de los templos.

Me he enterado de que en Cataluña está resurgiendo el movimiento iniciado por Mons. Manuel González sobre los sagrarios abandonados. Y ya han comenzado de nuevo a abrirse muchas iglesias.

Yo quisiera desde aquí encender una lamparilla de amor a Cristo olvidado en muchos tabernáculos.

Vamos a pedir a todos nuestros sacerdotes que abran los templos. Que Cristo está en el sagrario todo el día. No sólo en la hora de la Misa.

Ver página web http://personales.jet.es/mistica
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