"El Mundo" en la página 32 del 27-3-2004 publica (hacemos el resumen):
El sacerdote Luis José Beltrán Calvo fue juzgado en noviembre del 2000 por la audiencia de Jaén, que le condenó por un delito continuado de abuso sexual. Ahora el párroco ha sido condenado en firme a ocho años de privación de libertad y ha ingresado en la cárcel. Este sacerdote se ganó la confianza de la madre del menor Francisco G. y le ayudaba en los deberes escolares.
El niño actuaba también como monaguillo. El hecho es que durante cuatro años abusó el sacerdote sexualmente del menor y está probado judicialmente y condenado el presbítero por el tribunal supremo. El obispo de Jaén, Santiago García Aracil, afirmó en un documento que "no condeno moralmente a este hermano", que seguirá siendo sacerdote, informa Efe.
Nuestro comentario: Nos parece humano que el obispo, con las debidas precauciones, siga manteniendo en el sacerdocio ministerial a Luis José, una vez cumplida la sentencia. Lo que nos parece incongruente es que a nosotros, que hemos contraído matrimonio canónico, no se nos considere sacerdotes ni siquiera para concelebrar una vez al año, el Jueves Santo.
¿Cuándo va a llegar la reconciliación de la Jerarquía con nosotros? Es, a nuestro parecer, verdadera exigencia dogmática. Ni siquiera recibimos el trato de jubilados de una institución. A nivel particular tendremos amigos dentro del clero e incluso obispos, pero a nivel oficial, somos cuasi vitandos. Y lo decimos sin ira ni resentimiento. Pero deseamos que la jerarquía sea congruente con el dogma. Esperamos que recapaciten. Lo decimos con respeto y con firmeza.
