“Los jerarcas no son la Iglesia: son de la Iglesia”

Tres párrafos muy breves para reflexionar los obispos y los curas de su camarilla.

Teníamos ganas de que un papa dijera las cosas claras a los obispos. Y es que nos habíamos acostumbrado a ver a los obispos mangonear a su antojo todo; eso sí, siempre aconsejados por los curas adictos del todo a él: su camarilla.

Es normal que un político, cuando llega al poder, se rodee de los amigos, de cuantos le van a decir a todo amén. Pocos tienen el valor y la humildad de preguntar a los críticos de su partido, a la base de verdad. Algo parecido ocurre con nuestros obispos. En distintas ocasiones he sugerido a algún obispo amigo que prescinda de sus amigos, que consulte a ciertos curas marginados, alejados de la sede. Creo que no me han hecho caso.

No me he atrevido a aconsejarle esto: mantener sí, los reglamentarios, los vicarios oficiales, pero sentirse libre para cada año, nombrar a varios sacerdotes marginados como consultores favoritos: que también saben pensar. Ocurre sin embargo todo lo contrario. Es muy difícil esta práctica. Desde el Concilio, la cosa clerical aún está peor que antes: muchos cargos y carguillos, más marginación de los de siempre. Y todos somos Iglesia, pero nadie somos LA Iglesia ni siquiera los obispos y su camarilla.

El título entrecomillado son palabras del papa Francisco.

José María Lorenzo Amelibia

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