Asociación de Sacerdotes Secularizados ASCE Con la juventud madura, ha pasado lo peor del sacerdote

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Crítica Constructiva

Con la juventud madura, ha pasado lo peor del sacerdote

Fruto de mi larga observación y del contacto con muchos cientos de sacerdotes fuera de confesión, he llegado a formar un perfil del sacerdote casto, que lucha por mantenerse y consigue vivir conforme a la ley. Lo envié en su día a todos los obispos de España. Hoy lo publico en varios capítulos con el fin de que los cristianos comprendan la realidad.

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VII parte

Todavía  le  quedan  muchos  años  de  lucha  a  nuestro  amigo sacerdote.  Lo  peor,  sí, ya ha pasado. En la  actualidad  no  duda: seguirá   célibe  hasta  la  muerte.   Compañeros  y amigos suyos abandonaron  el  sacerdocio ministerial y ahora viven tranquilos  con sus mujeres. Y piensa:   "No creo que sean felices. Nuestra condición de solterones nos convierte en seres difíciles para la convivencia."

            En  el  fuero  interno le molesta la felicidad  sexual  de  sus semejantes. Siente cierta envía reprimida.  Así replicó a un amigo ex - cura que defendía el sacerdocio ministerial de los casados:

            -  "No. No estoy conforme. Vosotros queréis todas las ventajas:   las del  clérigo  y las del casado. ¡A cada uno lo suyo!"   Es  necesario mantener  esta  prerrogativa,  el coto  cerrado,  la  disciplina  sin fisuras.  Satisfechos podéis estar con lo vuestro.  Acuérdate  de  la respuesta personal del eminente canonista: "Contentaos con que se  os deje  comulgar."  Convenía volver a la antigua praxis  eclesial  para evitar tanta defección. Jamás permitir a nadie la secularización."

            Nuestro hombre se cierra más y más. ¿Quién lo identificaría  con el  neosacerdote  fervoroso y apasionado? ¿De qué  puede  servir  una virginidad sin amor, una castidad envidiosa?

               "No desearás la mujer de tu prójimo." Noveno mandamiento de  la ley de Dios. Incluso este precepto le resulta duro. En su calidad  de animador  de  equipos  de  matrimonios  ha  tropezado  con  problemas conyugales  de  mujeres insatisfechas que se le han  confiado.  Quiso ayudar  con  desinterés.

La esposa ajena veía  en  el  confidente  un hombre más espiritual y humano. Un ser superior. Muy por encima de su marido. Disfrutaba el clérigo siendo el apoyo de un alma gemela a  la suya.  Llegaron  a  sentir profundo afecto. Aquel  amor,  para  ella, servía de complemento; cubría la inmensa laguna jamás llenada por  su legítimo  esposo. Para al clérigo había llegado el demonio meridiano. Se  impuso la ruptura. La noche tenebrosa cubrió una vez más el  alma de nuestro hombre en forma de enfermedad depresiva. Al fin sanó.

No pretendo generalizar en este artículo. (Está redactado en la segunda mitad del siglo XX). Sí dar pistas sobre la vida  íntima  de  un  sector de hombres que lucharon  por  mantenerse fieles  al  compromiso del celibato y siguen fieles al mismo.  Quedan fuera de este estudio los sacerdotes secularizados, los que están  al margen de la ley celibataria y los que viven su virginidad a tope  en una  plena  sublimación. Entran de lleno una gran  mayoría,  aquellos para quienes el celibato es una carga más que una liberación.

Con estas consideraciones y las que en sucesivos días seguirán, podrían nuestros superiores eclesiásticos, poner en tela de juicio la desventurada ley celibataria y cambiarla, o mejor abolirla, a medio plazo. Estúdienla, por favor.

José María Lorenzo Amelibia                                         Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com              Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/  Puedes solicitar mi amistad en Facebook https://www.facebook.com/josemari.lorenzoamelibia.3                                          Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2

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