Desde que Juan Pablo II antes de comenzar el siglo XXI, dio la consigna de la Nueva Evangelización, han pasado ya  más  de 20 años. Con frecuencia hay sínodos de obispos, muchas reuniones, mucho papel mojado, pero hasta la fecha por ningún lado veo atisbos para propagar el Reino de Dios en esta evangelización. A veces pienso que va a morir sin haber nacido. En el ponticado del papa Francisco se han enviado por todo el mundo a los misioneros de la misericordia. Yo no he visto a ninguno.

Sin ser pastoralista científico, me permito dar alguna pauta de sentido común para la nueva evangelización. Son normas de los primeros cristianos, y las sectas cristianas las aprovechan de maravilla, mas para ello nos hace falta renunciar al funcionariado en que hemos caído, aunque no nos guste.

Ante todo, el apostolado de tú a tú. Pero han de dar ejemplo para ello los curas y los obispos. Que no basta con mandar a los cristianos por el mundo, aunque por supuesto también han de hacerlo. Pero ejemplo del clero; que es hora de que salgamos de las sacristías. Nos dan también esta idea los comerciales de distintas empresas. Es verdad que ellos lo hacen para ganar el pan de cada día, pero el cristiano no ha de ser menos para divulgar la Buena Nueva.

Y el caso es que comenzaron algunos con cierto empeño a salir por las calles a predicar, pero... va desapareciendo el movimiento, y por ahí es preciso continuar.

Me encontraba sentado en un parque un día de verano cuidando a mis nietos. Se me acercó una chica de una secta. Me dio gusto lo bien que se explicaba. Le mostré mi admiración y le dije que así habíamos de actuar los católicos. Para ello nos hace falta una profunda convicción, espíritu de ofrecer las personas, una a una, la salvación de Cristo.

Visitas a las familias. También las sectas las practican. Previamente avisar por teléfono. En algunas parroquias ya se estilan, y los kikos lo hacen durante alguna temporada. Es algo que conviene fomentar. Ojalá que cuanto antes comience esta práctica tan sencilla. Las Ejercitaciones por un Mundo Mejor (ya casi en desuso), los Cursillos de Cristiandad y los Ejercicios Espirituales debieran ser instrumentos para fomentar este gran apostolado entre los católicos, pero siempre precedidos por el ejemplo de sacerdotes y obispos.

Si estas iniciativas se tomaran en cuenta, se ejercitaría muy bien la nueva evangelización, muy semejante a la primitiva. Y junto a esto, también como las sectas, como San Francisco Javier y otros grandes misioneros, las reuniones al aire libre para predicar en los atardeceres del tiempo largo la Buena Nueva.

Resulta más fácil en reuniones hacer proyectos; después alguna marcha silenciosa para protestar por el ambiente, reunirse de nuevo para ver el resultado... ya sé que es más cómodo lo que yo hago, decir cuatro frases desde aquí. Algo tenemos que hacer a los ochenta y cinco años, máxime cuando ni si quiera se nos tiene en cuenta. Pues bueno; también en nuestra juventud y madurez hemos hecho algo que no ha sido de mucha eficacia. Y para mí es hora de con humildad decir al Señor: "Siervos inútiles somos", pero, Señor, danos algún santo de altura que mueva a la gente, como San Pablo, como los Apóstoles, como aquellos primeros obispos... o como los Javier, Loyola, Teresa de Jesús, Diego de Cádiz...

José María Lorenzo Amelibia

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