En el día de San Ignacio de Loyola
1.- Estoy, Señor, en un día gris de verano. La madrugada aquí es como en invierno. Pero tú eres el mismo, ayer, hoy y siempre.

2.- Aquí tu luz llega entre brumas, como el tiempo. Pero creo, espero, te amo. Me salen las cosas mal, me esfuerzo y confío en Ti.

3.- Ayer me picaron los mosquitos; no puedo aguantar de picor y me encuentro con nervios, pero te quiero.

4.- Hoy antes de meditar me he puesto al ordenador y he tenido la alegría de dos cartas que me escriben como respuesta. A mí me ha animado a continuar con la oración. ¿Qué más quiero?

5.- Claro, deseo que me salga todo bien; pero te ofrezco también esto cuando me sale mal. Ayúdame a remontar; a parecerme a ti.

6.- Te contemplo en Nazaret. También se te resistía la materia. Al final, llegabas a todo y lo hacías todo con el alma serena. Dame, Señor, tu paz.

7.- Dame el don de oración, el don de abnegación, la perseverancia final y celo por la salvación de las almas. Te pido todo esto, Padre, en nombre de tu Hijo, Jesús. Confío.



José María Lorenzo Amelibia
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