Es bueno dedicar una mañana o una tarde cada mes al retiro espiritual. El tema del retiro de este mes de diciembre  2024 es: ADVIENTO Y EUCARISTÍA

Retiro  del mes de diciembre  2024

El tema del retiro de este mes de diciembre  2024 es: ADVIENTO Y EUCARISTÍA

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Advertencia para todos los meses:

Es bueno todos los meses practicar una mañana o una tarde de retiro. Ofrezco este retiro del mes de xxx, con el tema “ADVIENTO Y EUCARISTÍA”.  Se puede realizar en particular durante una mañana o una tarde. También puede servir a sacerdotes para ofrecerlo a algún grupo de personas. Puede ser muy fructuoso para el alma. --- Íntegro debajo de este anuncio:

Preámbulo.

 Ante todo hemos de ponernos en la presencia de Dios de una manera consciente y detenida; esta puede ser una manera eficaz:

 1.- Con calma decir: Señor, Tú estás aquí. Yo lo creo. Tú me ves... Me contemplas... Penetras mi alma hasta el fondo... Me escuchas... Me amas... Yo soy alguien para Ti. Importo ante tus ojos. 2.- Lo creo, Señor, porque Tú lo dijiste; y ni quieres, ni puedes engañarnos. 3.- Si Tú estás aquí, y lo creo, debo comportarme como lo hago delante de alguien que es muy importante para mí.4.- Voy a practicar un acto de oración, de búsqueda de Ti, de tu voluntad. Sea para tu mayor gloria.

Exposición del tema: 

ADVIENTO Y EUCARISTÍA

 1.- Me uno en este retiro espiritualmente a todas las almas fervientes y fervorosas. Aunque me encuentre en soledad total, solo junto a Jesús, me siento unido a tantas almas fervientes, a las que disfrutan en el trato íntimo con Dios, a las que viven en gracia santificante y con fervor, a los enfermos unidos al Señor y sobre todo a quienes están pasando algún tipo de noche oscura. Sea todo verdadera Comunión de los Santos y sirva mi retiro sobre todo para la santificación de los obispos, sacerdote, personas consagras y aquellos que en algún momento se han propuesto seguir de cerca al Señor.

 2.-  Y estoy intentando vivir con fervor el tiempo de Adviento. En mi interior suena y lo repito con cariño: "Ven, ven Señor, no tardes; ven, ven que te esperamos. Ven, ven Señor, no tardes; ven pronto Jesús". Que sienta, Señor, en este Adviento lo del Cantar de los Cantares 2, 24: "Estaba yo durmiendo, pero mi corazón velaba: ¿qué oigo? Mi amado golpea la puerta. Ábreme, hermana mía, compañera mía, ábreme paloma incomparable". (Ct. 5, 2).

3.- Enfrasco mi alma en aquel pensamiento tomado de San Lucas, relativo a la resurrección de Jesús: "¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? Representarme ahora el sepulcro vacío y los ángeles hablando con las mujeres y haciéndoles esta pregunta. Aplicarla a mi alma, llamada a la santidad por Jesús. Escuchar estas palabras como dichas para mí. Ven, Señor, no tardes más. Hoy te adoro con fervor, Señor Eucaristía, que nos alimentas y nos bendices. Me siento criatura tuya, hechura tuya, pequeño, anonadado, lleno de admiración por tu grandeza, a Ti que te esperamos como el que ha de venir, el Niño Jesús que nos ama. Ven, Señor, no tardes.

4.- Jesús, viniste al mundo para salvarnos. Te esperaban en adviento largo hombres y mujeres que eran más conscientes de Dios, que vivían según las enseñanzas de los Profetas. En adviento recuerdo esta espera, unido a las almas fervorosas de todo el mundo. En Navidad te acogemos. En Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua me doy cuenta de que "del costado dormido en la cruz nació el sacramento admirable de la Iglesia". Te alabo, me uno a Ti del todo con gozo, sin límites. Y te pido este gozo para cuantos te conocen y aman.

5.- Jesús, ven que te esperamos. Renueva nuestro deseo de esperanza de adviento. Fuiste enviado. Fuiste enviado por el Padre, cuando se cumplieron los tiempos y se obró en María, la Virgen el misterio de la Encarnación. Gozo en la esperanza de tu venida. Dame en la Eucaristía de Adviento un gran amor a mis hermanos. Deseo unirme a tus apóstoles,  lleno del Espíritu Santo. Llegar a Ti, entregarme a Ti.

6.- Renuevo hoy y reproduzco de alguna manera el día de mi Bautismo. Me siento injertado en Ti, Jesús, en el misterio de tu Pascua, en tu obra salvadora. Nací contigo a la fe, y vivo tu Pascua: tu pasión muerte y resurrección. Vivo tu Adviento y sobre todo desde tu presencia en la Eucaristía. Ahí pongo mi centro y mi vida entera.

7.- Celebro con gozo y espíritu la Eucaristía. Ahí se hace de nuevo presente "la victoria y el triunfo, Señor, de tu muerte y de tu Resurrección" (Sacerdote 6): ahí vivimos la esperanza de tu venida definitiva; también de tu actual venida bajos las especies de pan y de vino. Al final tendremos la salvación total y la Eucaristía es signo de ella. Bendito seas por siempre, Señor.

8.- En la Eucaristía tengo la presencia del triunfo de Jesús. Yo participo con gozo del signo de tu victoria. He de entrar dentro de mí para que me vea triunfador contigo, porque te pertenezco. Te agradezco el adelanto que a lo largo de mi vida voy experimentando en este sentido. Cada día me veo más tuyo. Cada día te veo más mío. Por tu misericordia conservo la fe, la esperanza y el amor. Gracias. Noto que poco a poco voy venciendo al hombre viejo; experimento con alegría que me estoy "revistiendo del hombre nuevo, creado según Dios en justicia y santidad verdaderas. Pero a la vez veo que todo en mí va demasiado lento; con caídas frecuentes; con retrocesos u dudas; me siento mezquino; no hago seguidas dos cosas buenas. Por eso siento dolor de compunción. "Perdona mis pecados; mira que soy tu amigo. Ábreme ya la puerta; quiero morar contigo".

9.- Ayúdame, Señor, a examinarme en tu presencia. Mira que son muchos los deseos de que vengas a mí en este tiempo de Adviento, de que habites en mí. Pero son escasas mis obras, y "la fe sin obras está muerta en sí misma", según nos dices Santiago. Por eso, ven, ven, Señor, no tardes. Ven en nuestra ayuda. Manifiesta en mí tu victoria y enséñame a amar. Te pido esto mismo para quienes se han consagrado a Ti. Señor, dadnos sacerdotes santos, obispos santos, almas consagradas santas.

 10.- Te doy gracias, Señor, por todo lo que has obrado en mí. Con María puedo decir: "El Señor hizo en mí maravillas; gloria al Señor". Sé que quien agradece se dispone a recibir mayores beneficios. No lo hago para eso, pero concédeme la gracia de la perseverancia final. Y ten compasión de todos aquellos que te siguieron y luego te han dejado. Sé que vale más lo que ofrezco que lo que recibo en general. Porque te ofrezco, Padre, a tu Hijo Jesucristo. Y Él vale más que todo lo imaginable, Dios y hombre verdadero.

 11.- Hazte, Señor, más presente en mi consciencia: en la Misa; en la Comunión; en el Sagrario. Te ofreces en la Eucaristía de la misma manera que lo hiciste en la Cruz. Tú quieres que capte tu presencia. Cuando estoy junto a Ti en la Eucaristía, ya me doy cuenta, pero después me olvido; y se me olvida más cuando estoy con otros. Sobre todo, se me olvida tu presencia en mis hermanos. Por eso confío que en este tiempo de Adviento me ayudes con tu gracia para vivir a fondo esta vida interior que me capacitará para tu Reino.

 12.- Transustanciarme en Ti en la Consagración de la Misa. Transformarme en Ti. Has renovado en la Eucaristía tu presencia y tu alianza con nosotros. Te pido por eso que "saciados con los sacramentos pascuales, seamos concordes en la piedad" (Comunión de Pascua). "Haz que conserve en mi vida lo que recibí en la fe". Que la renovación de tu alianza en la Eucaristía con los hombres, encienda y arrastre a tus fieles a tus fieles a en la apremiante caridad de Cristo" (Sc10)

 13.- Que la Eucaristía mane en mi alma y en la de todas las personas que te reciben con fe, que brote en fuente viva de gracia y fuerza y produzca frutos de santificación, de amor, de fervor, de celo. (SC10). Dame más celo por la salvación de las almas.

 14.- Sé que la productividad de mi Misa, Comunión, horas de Sagrario, depende de mi fe; y dentro de ella de mi atención actual. Vivir desde la Eucaristía unión filial al Padre, unión amorosa al Espíritu Santo, unión íntima con Jesús, porque donde está el Hijo está el Padre y el Espíritu Santo. Y vivirlo dentro del amor a la Madre de Dios, María Santísima. Desde aquí brotará el celo por la salvación de las almas de una manera sencilla, un celo abrasador que me ayudará a purificarme y ocuparme de las cosas del Padre.

15.- Que cada vez, Señor, sea más consciente de mi fe, de tu presencia real en la Eucaristía, de la venida del Señor. De la Eucaristía brotan fuentes de agua viva, que saltan hasta la vida eterna. Que me fortalezca en esta tu Mesa, Señor. Te doy gracias por todo y me ofrezco a mí mismo, unido a tu sacerdocio eterno (SC48), unido a la Hostia Santa. "¡Hostia pura, Hostia santa, Hostia Inmaculada, seáis por siempre bendita y alabada!

 16.- Reafirmo ahora el propósito que formulé en los comienzos del año: participación cada vez más profunda en la Misa dominical; preparación meditada e inmediata de ella. Ir a la Misa como a un nuevo Adviento; ven, Señor, no tardes. "Con ansias en amores inflamado" (San Juan de la Cruz). Ser consciente de la grandeza de la Misa, de la Alianza, de Sacrificio, del Sacerdocio. Cuanto más aliado me sienta con el Padre y con el Espíritu Santo, más amante seré de Jesús Eucaristía.

 17.- Y aumenta, Señor, mi celo. Creo que algo ha podido decaer en la última temporada. Apostolado de la oración. Apostolado de la palabra. Apostolado de la escritura. Apostolado de testimonio de vida y de amor y de amistad. Conversión continua a Ti, mi Dios.

Examen práctico:

¿Cuál es mi estado de ánimo en estos momentos? ¿Mi mente está centrada en el retiro? Si no lo está, renovar relajado la presencia de Dios para orar. Unirme a la Iglesia.

  1. Pensar en qué voy a hacer para que en este tiempo vele mi corazón.
  2. Sentirme criatura de Dios , hechura tuya, pequeño, anonadado, lleno de admiración por tu grandeza, junto a la Virgen María que espera el nacimiento de Jesús.
  3. ¿Cómo preparo mi corazón para acoger del todo a Jesús?
  4. Rememorar de una manera consciente mi Bautismo, sentirme cristiano.
  5. Determinarme a vivir del todo mi esperanza. Pedir fuerza.
  6. Pedir fuerza para poner los medios de mi transformación en Jesús.
  7. Pensar en los medios para vivir mejor el adviento y la navidad.
  8. Pensar en los medios para vivir en mayor alianza con estos misterios. Pedir fuerza a Dios por medio de la Virgen María.
  9. Ver en qué he podido aflojar en esta temporada. Renovación interior. Petición.

  Importante: Si deseas el libro completo de los 174 retiros que he practicado y/o dirigido a lo largo de los años te lo enviaré digitalizado gratis. Escribe a  josemarilorenzo092@gmail.com   

José María Lorenzo Amelibia 

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Mis reflexiones conferencias:Reflexiones sobre enfermos y debilidadhttps://www.ivoox.com/podcast-reflexiones-sobre-debilidad-enfermos-ancianos_sq_f12362122_1.html

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