Esperar contra toda desesperanza

Hoy hemos despertado queriendo que no fuera verdad lo que se nos venía encima: el fin de la tregua de ETA.

Los asesinos se han burlado de todos, y lo que es peor, anuncian que volverán a matar.

Es un tiempo particularmente delicado en el que es urgente que todos los demócratas nos unamos para plantar cara a la violencia y para decir: ¡basta ya!

Resulta difícil hablar de esperanza, y decir que la paz es posible en una circunstancia como ésta, pero no podemos rendirnos ni arrodillarnos ante los criminales: tenemos que seguir apostando por la paz y “esperando contra toda desesperanza”. Podemos aportar nuestro granito de arena de diferentes maneras: dejando de echar leña al fuego de la crispación política, de la división y del odio; y, los que somos creyentes, orando a tiempo y a destiempo para que Dios toqué los corazones endurecidos, para que cambien de vida y para que de una vez por todas dejen de matar.

Tiene que haber un camino para que no haya más víctimas, y para que nunca más tengamos que llorar por la muerte de los inocentes; tiene que haber un camino para acabar con ETA y sus socios, cualquiera sea su denominación

No lo olvidemos: No dejemos que ni el odio ni el deseo de venganza aniden en nuestros corazones, eso sería una victoria para los asesinos.
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