Atentado en la CEM. 25 de julio, llamas puras de confusión y agresión



Guillermo Gazanini Espinoza / 27 de julio.- El Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México difundió la presunta reivindicación del atentado cometido contra la sede la secretaría de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) en la zona de La Villa de Guadalupe. Se trata de un posible grupo radical anarquista "Comando Feminista Informal de Acción Antiautoritaria". En su sitio web https://es-contrainfo.espiv.net/ se anota la autoría del atentado bajo las consignas "Ni Dios, ni amo! Por cada tortura y asesinato en nombre de su Dios! Por cada niñx ultrajado por los curas pederastas! En la tensión anárquica insurrecional!"

En el mismo sitio se da cuenta de diversas acciones con explosivos, uno de ellos contra un templo católico en Ciudad de México, el 23 de diciembre de 2015, ubicado en el cruce de las avenidas Congreso de la Unión y Fr. Servando Teresa de Mier, cerca del Palacio Legislativo de San Lázaro, sede de la Cámara de los Diputados. Se trata de la capilla del Espíritu Santo que fue blanco del "odio a la iglesia católica que por siglos ha envilecido, torturado y asesinado a los cuerpos y almas de las mujeres, acorralándonos hasta el punto de pretender que aceptemos condiciones esclavistas a cambio de mantenernos con vida". El grupo espetó reclamos contra el Papa Francisco cuya visita estaba próxima a México en febrero de 2016.

Estos movimientos radicales escogen fechas representativas que simbolizan la lucha del ideario que dicen defender. De ser cierta la autoría del presunto comando feminista, la comisión del delito coincidiría con la conmemoración, cada 25 de julio, del día internacional de la mujer afrolatinoamericana, afrocaribeña y de la diáspora promovido en ocasión del Primer Encuentro de Mujeres Afrolatinomericanas y Afrocaribeñas de República Dominicana en 1992. Esa cumbre reunió a 33 mujeres de distintas nacionalidades de Latinoamérica y el Caribe para posicionar las luchas y reivindicaciones de las mujeres de ascendencia negra.

Los grupos anarquistas feministas afirman que el 25 de julio tiene relevancia cultural puesto que la diáspora de las mujeres afrodescendientes acentúa la lucha contra actitudes machistas, sexistas, de discriminación racial y de género. La Iglesia sería una institución sexista y patriarcal que ha ocupado el territorio mexicano despojando de sus derechos a las mujeres indígenas y campesinas sometiéndolas a la esclavitud del cuerpo. Si la Iglesia ha impuesto la docilidad de la mujer, los feminismos a ultranza juran llevar la lucha hasta la total liberación para "dar muerte al cura, al juez y al militar".

El 25 de julio, por otro lado, es memorial para el movimiento abortista latinoamericano. Este año feministas chilenas convocaron a una marcha masiva en conmemoración de aquélla realizada en julio de 2013 cuando la catedral de Santiago de Chile fue tomada de forma sacrílega por simpatizantes del aborto libre al grito de "fuera sus rosarios de nuestros ovarios".

La profanación hizo que el Arzobispo de Santiago, Mons. Ricardo Ezatti Andrello, dirigiera una carta a todos los fieles católicos el mismo día de la agresión en la principal festividad Arquidiocesana, la del apóstol Santiago escribiendo “con dolor y al mismo tiempo con serenidad y el corazón en paz”. Mons. Ezatti convocó al desagravio ante lo que calificó como la violenta perturbación de “un grupo de anárquicos que irrumpieron en el templo gritando consignas contra la vida y a favor del aborto. Por más de veinte minutos intentaron interrumpir la celebración, la que, a pesar de todo, gracias a la entereza de los fieles pudo llegar hasta el final. La intolerancia de los fanáticos y su violenta irracionalidad ha sido una grave ofensa a Dios y a toda la comunidad de los creyentes en Cristo, ha dejado huellas dolorosas en agresiones y maltrato a varias personas y en la destrucción y daño al patrimonio artístico religioso del principal templo del país…” La principal Iglesia de la Arquidiócesis permaneció cerrada desde la noche del jueves 25 de julio de 2013 hasta el miércoles 31, pero no solamente sería la celebración del desagravio, el prelado chileno rogó para que en el país, apelando a la cordura y paz, se desterrara cualquier forma de intolerancia, odio y violencia.

Actualmente, Chile se encuentra en pleno debate por una legislación proabortista y la marcha del 25 de julio pasado reunió a cerca de seis mil personas quienes presionan al Congreso para reformar las disposiciones legales y hacer posible algunas causales por el aborto libre. El país andino es de los pocos en el mundo que mantiene la absoluta prohibición del aborto debido a las restricciones introducidas durante la dictadura de Augusto Pinochet. Bajo el régimen de Michelle Bachelet, las discusiones se han prolongado por más de dos años y los obispos chilenos han dicho que la iniciativa que despenaliza el aborto es un “retroceso que instala y legitima en la sociedad chilena una discriminación injusta hacia seres humanos indefensos, cuya vida el Estado está llamado a garantizar y proteger”.

Es en esta radicalización cuando se dio el atentado a la sede de la CEM. El diario El Universal daba cuenta de las declaraciones del subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, Humberto Roque Villanueva, quien subrayó que esa explosión fue un “mensaje de odio, pero no acción generalizada contra la Iglesia”.

El filósofo y economista bengalí Amartya Sen (1933) escribiría que nuestra humanidad sería desafiada “brutalmente” cuando nuestras diferencias sean reducidas a un sistema imaginario de categorías singularmente poderosas. Sea el totalitarismo alienante o la bomba amenazante, las reivindicaciones radicales diezman la capacidad de convivencia y destrozan la armonía en este país atormentado que podría vivir en paz reconociendo su pluralidad. El atentado contra la CEM no es de odio a la fe cristiana, más bien es, parafraseando a Sen, la negación del razonamiento y de la elección que reconoce nuestras identidades. Lejos de abonar a la paz y de afianzar la seguridad que necesitamos, la bomba de la CEM levanta llamas puras de confusión y agresión.
Volver arriba