Ante la eventual división de una de las Iglesias más grandes del mundo Cardenal Carlos Aguiar inicia cambios y remociones en presbiterio de la arquidiócesis de México

Cardenal Carlos Aguiar inicia cambios y remociones en presbiterio de la arquidiócesis de México
Cardenal Carlos Aguiar inicia cambios y remociones en presbiterio de la arquidiócesis de México

Previsiblemente, el número de sacerdotes se vería reducido a más de la mitad de lo que es en la actualidad.

Con los nervios de punta… así están casi 300 sacerdotes de la arquidiócesis de México ante lo que, en próximas horas, podrían ser los movimientos más delicados en el futuro de esta Iglesia ante su eventual desmembramiento.

Y es que, en la pasada reunión de planeación efectuada a mediados de junio pasado, el consejo episcopal cercano al cardenal Aguiar examinó, caso por caso, los movimientos que podrían darse este viernes propiciando la osteoporosis que va debilitando y fracturando el cuerpo de la Iglesia arquidiocesana.

Algunas protestas y enconos van, además de inconformidades por la opacidad en la que se han movido estas decisiones. La queja recurrente del presbiterio es “no saber nada” de los cambios. Carlos Aguiar ha presumido de ser un obispo de diálogo y cercanía; sin embargo, es sabido que cualquiera debajo de la estructura de mando arquidiocesanas debe pasar antes por el secretario del prelado, el inseparable Mauro Daniel García Olvera quien, cuentan, da el visto bueno a cualquier consulta antes de que Aguiar Retes estime el placet que le sea más conveniente.

Pero los problemas no caerán directamente en ese íntimo núcleo aguiarista. Quienes podrían cargar con los platos rotos son los nuevos vicarios episcopales que suplieron a los obispos auxiliares que ya no eran empáticos a los planes del arzobispo. Estos vicarios enfrentarían los enojos de laicado que ha sido el que menos cuenta en las discusiones sobre la división de vicarías o zonas pastorales y la creación de una nueva, ahora como IX llamada “Beato Miguel Agustín Pro”, en manos de un canónigo de catedral metropolitana, quizá el menos experimentado en las trincheras parroquiales, padre Luis Manuel Pérez Raygoza.

Otro problema que deberán subsanar es no haber dado las debidas orientaciones a los fieles, particularmente comprometidos en procesos de pastoral y de trabajo parroquial cuando deban aceptar las decisiones hechas por ese pequeño grupo, azorados y con decepción frustrante. Movimientos encabezados por el vicario de pastoral, el padre Álvaro Lozano Platonoff, mismo que planea más en el escritorio y menos en la realidad. La prueba fue la queja de los curas de la IV vicaría cuando reclamaron que su actual sede litúrgica había pasado, en el papel, a ser parte de la III zona, ¡Sin que nadie del equipo de Lozano lo hubiera advertido!

No obstante estos cambios, los más perjudicados serían los sacerdotes con 75 años o más. Según trasciende, serían cerca de un centenar en este rango de edad que podrían ser removidos de sus parroquias. Quienes estén en buenas condiciones de salud, estarían adscritos a una parroquia para servir como auxiliares y los más ancianos e incapacitados, conminados a vivir con sus familiares o permanecer en residencias sacerdotales. Una de ellas: ¿La casa para sacerdotes mayores de la arquidiócesis de Tlalnepantla, todavía en proceso de integración? ¿Con el consentimiento del arzobispo José Antonio Fernández Hurtado? Y por cierto, ¿Está resuelto el problema de las pensiones sacerdotales?

Quienes se salvaron son los curas que abandonaron a la nave arquidiocesana para correr hacia brazos más acogedores y prometedores: los de las futuras iglesias de Azcapotzalco, Iztapalapa y Xochimilco. A ellos no tocarían estos movimientos puesto que se concentrarían en parroquias conformando el territorio de las vicarías II, III, IV, V, VI y IX, es decir, las que servirán como la futura caja de ingresos de la arquidiócesis primada reconfigurada.

Según el informe del cardenal Norberto Rivera Carrera puesto en manos del arzobispo Carlos Aguiar, en 1995 había 385 parroquias erigidas mediante decreto; en la actualidad son 467, la última erigida en enero de 2017. A junio de ese año había 2,067 sacerdotes de los cuales 651 son diocesanos o incardinados, 167 son seculares no incardinados; 1,059 son religiosos y seculares de los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica y había 190 diáconos permanentes cuyas ordenaciones han sido suspendidas por Carlos Aguiar.

El arzobispo primado de México se quedaría prácticamente con la mitad del presbiterio, cerca de 300 sacerdotes. Casi al mismo nivel de la arquidiócesis de Tlalnepantla -con 273 sacerdotes diocesanos- Iglesia que aún cautiva el corazón de don Carlos.

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