Cardenal Carlos Aguiar estanca el ministerio de la caridad Diáconos permanentes rinden homenaje a formador víctima del covid-19

Diáconos permanentes rinden homenaje a formador víctima del covid-19
Diáconos permanentes rinden homenaje a formador víctima del covid-19

*Pbro. Juan Fernando Martínez García goza del recuerdo de las generaciones diaconales que vieron en el sacerdote a extraordinario amigo y hermano mayor.

*Pbro. Felipe Gerardo Cruz Ávila preside eucaristía. Expresa disculpas por el desprecio de este ministerio.

*Llaman a reactivar el diaconado permanente en arzobispado de México: "Sólo quiere aplicar obligaciones canónicas".

*Arzobispo Aguiar Retes se equivoca al poner al diaconado en vicaria de laicos.

*Exigen ser reconocidos como “ministros de culto”.

En el marco del novenario por el eterno descanso del presbítero Juan Fernando Martínez García, diáconos permanentes de diversas generaciones formados por el sacerdote se dieron cita, el miércoles 24 de febrero, para celebrar la eucaristía y rendir un sincero homenaje en la comunidad donde el sacerdote sirvió, la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, colonia Moderna, de la arquidiócesis de México.

La eucaristía, debido a las medidas sanitarias que imperan por la pandemia, contó con una asistencia discreta de fieles quienes acompañaron a la familia Martínez García. El padre Felipe Gerardo Cruz Ávila, amigo del sacerdote desde su formación sacerdotal en el Seminario Conciliar de México, presidió la celebración acompañado de Arturo Aguilar, Juan Ortiz, Jorge Merlo, Juan Carlos Bolio, Adalberto Escalera, Francisco Palacios, Enrique León, Lázaro Maximiliano Rodríguez, Eduardo Hawley y Héctor Francisco Flores, todos diáconos permanentes formados por Martínez García, quien murió víctima del covid-19 el pasado 14 de febrero, y quienes al momento de la homilía, dirigieron una reflexión en torno a la Escritura, exaltar las cualidades y agradecer el acompañamiento del desaparecido presbítero.

Ortiz. "Una vocación ve por otra vocación".
Ortiz. "Una vocación ve por otra vocación".

“Él me recibió y acompañó… de él aprendí mucho en compartir la mesa en la caridad, en preocuparse por los indigentes, por los inmigrantes, por la gente que ha tocado fondo en vicios y era su deseo que sirviéramos en ellos. Siempre fue caritativo para todos los que le pidieron…” recordó el diácono Juan Ortiz  quien acentuó las recomendaciones que el formador hacía para cuidar unos de otros: “Una vocación ve por otra vocación. Y esto significa pedir, además de ustedes, por nosotros en el grado de diáconos, por los presbíteros, por los obispos, por ustedes porque en la comunidad hay vocaciones que formarse”.

Aguilar. Juan Fernando "está vivo".
Aguilar. Juan Fernando "está vivo".

El diácono Arturo Aguilar, recordó la añeja amistad que tuvo con Juan Fernando Martínez, por 25 años, el mismo tiempo de servicio en el diaconado: “Yo no voy a hablar como si no estuviera, él está presente. Jesús lo dijo, todo aquel que crea en mí, aunque haya muerto, vivirá. Creo firmemente que está vivo, gozando de Dios y de la mesa divina... Seguirá siendo para nosotros ese hermano mayor en el cual confiamos, nos acercábamos a él cuando teníamos problemas y siempre tenía su mano extendida y su corazón abierto… Metía las manos al fuego por uno, pero primero decía los errores y hacía que uno siguiera su ministerio como lo que es”.

León. Una vela no se entierra.
León. Una vela no se entierra.

Recién recuperado del covid-19, el diácono Enrique León destacó la relevancia del homenaje: “No me puedo perder esto y aquí estoy… El padre Juan Fernando fue mi formador, el motivo por el cual entré al diaconado, mi inspiración. ¡Imaginen lo que no le debo! Y me decía, el diaconado se trata de ti, de tu desarrollo y eso me animó a ser un diácono… Descubrí que no podía prender una vela y enterrarla. Y ahora, aquí presente, a mi amigo le digo gracias… porque soy diácono gracias a ti”.

Escalera. Sean magnánimos.
Escalera. Sean magnánimos.

Fue el diácono Adalberto Escalera quien consideró que la mejor forma de rendir homenaje a Juan Fernando Martínez es la práctica de la caridad y magnanimidad entre ministros y citándole mencionó: “Recuerden que una vocación cuida a otra vocación… él estaría contento, intercediendo por quienes ponemos en práctica sus palabras”.

Bolio. Nuestro corazón está roto.
Bolio. Nuestro corazón está roto.

“Nos enseño el verdadero valor en el diaconado… Estoy seguro que, cada uno de nosotros, tiene en su corazón una gran experiencia de vida, de amor de Juan Fernando hacia nosotros”, aseguró el diácono Juan Carlos Bolio a quien correspondió cerrar la homilía compartida. “La oración de los diáconos es gracias, Señor, porque nos permitiste participar del conocimiento, del amor, de la guía de Juan Fernando… Lo que él hizo por mi vocación, se lo agradezco al Señor enormemente. Que esta oración que hoy elevamos sea salida de nuestro corazón que efectivamente está roto… que esta prueba que hoy estamos pasando, nos haga mejores personas, a cada uno, mejores diáconos y al diaconado, lo fortalezca en el Señor”.

Oración del diaconado. Ministros de Dios.
Oración del diaconado. Ministros de Dios.

Al término de la celebración, el padre Felipe Gerardo Cruz dirigió un sencillo mensaje en el cual resaltó la importancia del ministerio de quienes están incorporados a la jerarquía por el sacramento del orden: “En la jerarquía del orden sacerdotal, los últimos son los diáconos, pero no por eso dejan de ser importantes. El padre Juan Fernando Martínez nos recordaba constantemente esto y por eso he querido compartir esta eucaristía con ellos… sé del amor tan grande que le tenía al diaconado y, sin duda, a aquellos a quienes siendo ministros sagrados de la eucaristía, ministros de la palabra, ministros para llevar hijos a su Iglesia, son muy importantes”.

Felipe Gerardo Cruz. "Los últimos serán los primeros"
Felipe Gerardo Cruz. "Los últimos serán los primeros"

Externó una disculpa por las veces en la que los presbíteros los han hecho menos relativizando el valor y carácter del ministerio de caridad y servicio: “Les quiero expresar las más sinceras disculpas por aquellos quienes tantas veces hemos abusado, por creernos más que ustedes. Hemos hecho menos este ministerio…” Y agradeció el servicio al considerar a los diáconos como hermanos “ministros de Dios” a quienes exhortó a permanecer en unidad para fomentar la fortaleza: “Yo sé que entre ustedes hay personas que tuvieron la oportunidad de estar en la política, de ser grandes empresarios, de ser buenos administradores, ese es el gran misterio que encierra el diaconado… Los invito a que se mantengan unidos… sino esto puede llevar a la ruina. Esa fue una gran enseñanza que nos dio Fernando a todos… Así como decía el Papa de algunos obispos en la visita, peleen, pero después reconcíliense como hermanos que son…”

Entrevistados por este medio, al término de la celebración, algunos de los celebrantes dieron sus opiniones respecto a la situación del diaconado permanente en el arzobispado de México, mismo que se ha visto paralizado por las decisiones del actual gobierno encabezado por el arzobispo Carlos Aguiar Retes.

“No veo bien que estemos en la vicaría de laicos”

-¿Qué llamado haría a las autoridades del arzobispado?Con 24 años de ordenado, el diácono Arturo Aguilar Parrales recuerda su consagración hecha el 15 de diciembre de 1996 en Catedral por Norberto Rivera Carrera y expresa: “La imposición de manos de un consagrado como el cardenal Rivera, ¿No es válido?” Esto al señalar cómo se ha puesto al ministerio diaconal bajo la vicaria de laicos para sacarlos del área específica de los clérigos: “Nosotros no somos laicos. Ahora no pertenecemos a la dimensión del clero. ¿Ponemos en duda el llamado del Espíritu Santo?... Fuimos llamados y ponemos el servicio al Señor.

Parece que todo lo anterior no vale y se ve que sólo vienen a cumplir con la propia voluntad… Los consagrados, los presbíteros muchas veces no nos toman en cuenta, no quieren aceptar el diaconado, somos consagrados y nos impusieron las manos… el servicio es a Dios. No veo bien que ahora seamos de la vicaria de laicos cuando fuimos consagrados por el cardenal…”

Que al arzobispo Aguiar Retes no gobierne “como Álvaro Obregón”

Más enfático, el diácono Juan Carlos Bolio, con 15 años en el ministerio, lanzó un duro llamado al arzobispo Aguiar Retes: “En reiteradas ocasiones ha dicho que gobierna la arquidiócesis de México con dos manos; en una están los presbíteros y en otra, los laicos”. Sin embargo, el diácono Bolio observó que Aguiar Retes gobierna a la manera del general Álvaro Obregón quien perdió un brazo en una de las batallas revolucionarias: “Sólo la mano derecha de los presbíteros es la que tiene, la mano izquierda ha sido truncada por él mismo. Últimamente ha puesto a Héctor Mario Villarreal (Obispo auxiliar de México) al frente del diaconado. Lo que yo observo es que siguen sin reconocernos. Le pido encarecidamente al cardenal que nos reconozca como ministros de culto, pues no figuramos como tales…”

Directo y sin tapujos dirige este mensaje al obispo auxiliar: “Si tú, Héctor Mario Villarreal, vienes a trabajar con el diaconado, la primera tarea que tienes es el reconocimiento como ministros de culto de cada uno de los diáconos permanentes y que el cardenal ya no gobierne como Álvaro Obregón, que tome en cuenta esta mano que tan eficientemente ha apoyado en estos momentos tan difíciles a la arquidiócesis de México…”

-El cardenal Aguiar había dicho que los diáconos permanentes estarían a su disposición, ¿Qué pasó?

Ha habido una completa ignorancia hacia diáconos y al diaconado. En una de las reuniones, él exigía saber qué habíamos hecho, nosotros le pedíamos nuestros nombramientos. Él quiere aplicarnos sólo las obligaciones canónicas, pero no nuestros derechos. El cardenal se ha olvidado de nosotros. Pienso que Héctor Mario Villarreal nos está mintiendo nuevamente, por eso encarecidamente digo, daremos el voto de confianza si él empieza a trabajar para que seamos reconocidos como ministros”.

Diaconado permanente, “estancado”.

Héctor Francisco Flores Mancilla, con dos años en el diaconado y ordenado por el arzobispo Aguiar, consideró lamentable la actual condición de estos ministros e indicó: “Estamos en standby, no hemos tenido formación desde hace dos años cuando fuimos ordenados, el 9 de febrero del 2019. Cumplimos dos años y el diaconado permanente está estancado”.

-Usted fue ordenado por el actual arzobispo. ¿Por qué existe esta situación?

Nosotros estábamos al pie cuando el actual cardenal nos ordenó, veníamos desde el anterior arzobispo, el cardenal Norberto Rivera. Vino el cambio y al actual cardenal no le quedó otra que continuar, pero aquí hubo una gran diferencia. El cardenal Norberto ordenaba diáconos permanentes y transitorios en conjunto, Carlos Aguiar hizo una separación, primero ordenó a los transitorios y después a nosotros… Nos pedía pastoral. Presto mi ministerio en una casa de formación, en Santa Teresa… ahí los sacerdotes me decían que todo esto estaba suspendido porque el cardenal Carlos quiere un año más de preparación para los permanentes en una universidad. Al parecer hubo inconformidades…”

Diaconado en diócesis de Iztapalapa, “por buen camino”.

Eduardo Hawley Zárate, diácono de la primera generación y última ordenada por el arzobispo Aguiar pertenece a la diócesis de Iztapalapa debido a la nueva configuración de la Provincia Eclesiástica de México. Sirviendo con el vicario episcopal Héctor Valdepeña Flores, el diácono expresó su profundo agradecimiento al padre Juan Fernando Martínez García: “Más que un formador fue un amigo quien nos llevó con mano firme… siempre nos orientó y guió de esa manera, con mano firme. Siempre hay una queja de nuestra formación al decir que no fue la adecuada. Esto es equivocado. Ahora que tengo oportunidad de expresarlo, debo decir que nuestros formadores fueron muy buenos, excelentes, todos los presbíteros quienes nos acompañaron siempre se ocuparon y preocuparon para que fuéramos formados de la mejor manera para servir a Dios y a la Iglesia… Al padre Juan Fernando le tenemos un profundo cariño y agradecimiento”.

-¿Cómo va el diaconado permanente en Iztapalapa?

Afortunadamente don Jesús Antonio Lerma, nuestro obispo, ha retomado la iniciativa de la formación del diaconado. Un servidor, en conjunto con el padre Roberto Alcalá y el diácono transitorio Hugo Santos Tabaco, estamos reiniciando el proyecto de diaconado permanente en Iztapalapa. Va por muy buen camino… Se proyecta que a mediados de este año, la primera generación de diáconos permanentes de Iztapalapa sea ordenada, serán cinco diáconos que tenían la formación desde tiempo atrás en el arzobispado de México y que el cardenal Carlos Aguiar ya no quiso ordenar. Pasaron a la diócesis de Iztapalapa y se proyecta que, a partir del próximo ciclo escolar, quede instaurado el diaconado permanente en Iztapalapa con nuestro propio equipo de formadores. Ya vienes otras dos generaciones atrás, con doce candidatos más los cinco que están por ordenarse, es decir, 17 diáconos permanentes… Mi mensaje es decir que pertenecemos a la jerarquía del orden… La función del diácono es la de servir a las comunidades… Podemos aportar en diversos ministerios, profesiones y oficios.  Cuando Jesús llamó a sus primeros discípulos no se fijó en los más doctos y sabios… la razón de ser diáconos es la de ser servidores a imagen de Cristo, Nuestro Señor”.

Homenaje. Al hermano mayor.
Homenaje. Al hermano mayor.

Volver arriba