Llaman a empresarios a apadrinar templos y monumentos religiosos históricos
Vladimir Alcántara / SIAME. 21 de julio.- Hoy, de manera lamentable, siglos de arte religioso se nos están viniendo abajo por el gravísimo deterioro en el que se encuentran varias iglesias del Centro Histórico de la Ciudad de México, inmuebles que han padecidos los estragos del tiempo, la urbanización y los fenómenos naturales que se han registrado en la capital del país; se trata de 22 recintos que requieren intervenciones urgentes, mismas que, al no estar contempladas en las erogaciones de la federación, necesitan del apoyo de la iniciativa privada para llevarse a cabo. Sobre esta petición al sector privado habla para Desde la fe el P. Alfredo Ramírez Jasso, encargado de la Pastoral de la Cultura y titular de la Comisión de Arte Sacro para la IV Vicaría “San Miguel Arcángel”.
El sacerdote explica que hace cinco años, cuando el arzobispo de México, Card. Norberto Rivera Carrera, realizaba su II Visita Pastoral por los 52 decanatos de la Arquidiócesis, se le entregó un catálogo de 26 templos del Centro Histórico que requerían ser restaurados, y de manera inmediata, por instrucción de él, se comenzó a buscar el apoyo económico y la asesoría de las autoridades competentes, con lo cual se logró que estos inmuebles fueran reparados. Sin embargo –señala–, después de un lustro el problema persiste, pues no basta con una sola reparación, de manera que en el marco de la III Visita Pastoral del Cardenal por los decanatos, se le presentó esta nueva lista con 22 templos dañados, entre los que se encuentran varios de los que recibieron mantenimiento anteriormente. De ellos, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) ha hecho ya dictámenes técnicos en cuanto al tipo de deterioros, problemas en las estructuras que no han sido atendidos por la federación, pues el gobierno carece de presupuesto para el mantenimiento de las iglesias.
Señala que tanto la Catedral Metropolitana de México como la Basílica de Guadalupe reciben una ayuda más o menos permanente y de consideración para gastos de mantenimiento; pero el apoyo al resto de las iglesias depende de si hay recursos o no, y ahora se está a la espera de que se realice la propuesta de presupuesto para el siguiente año, pero se ignora si habrá recursos federales para este rubro. “De cualquier forma, la intervención a nuestras iglesias no puede esperar más, y por tal motivo, desde la Comisión de Arte Sacro para la IV Vicaría, zona donde se encuentra la mayoría de estos templos, se ha diseñado una propuesta en la que la Iglesia se abre a la intervención de recursos de la iniciativa privada para el mantenimiento de estos espacios, mediante el “apadrinamiento” de templos por parte de empresarios, compañías automotrices, instituciones bancarias, televisoras y en general cualquier grupo económico capaz de aportar recursos de forma permanente, para lo cual se haría el trámite ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a fin de que los ‘padrinos’ queden exentos de impuestos”.
Además –comenta el sacerdote–, se colocaría una placa en la entrada de las iglesias con el nombre de la empresa que se estuviera haciendo cargo de éstas, mencionando que con su aportación se está conservando el patrimonio cultural de la ciudad. “Esto serviría para promoción de la propia empresa y de estímulo para otras, que, desde el aspecto sociocultural, dejarían una huella permanente en nuestra patria”.
El P. Ramírez Jasso explica que los principales deterioros que registran estas iglesias se derivan de la inestabilidad del subsuelo, ya que la mayor parte de la ciudad se construyó sobre un lago, motivo por el cual, al paso de los años, los edificios más pesados han comenzado a irse de lado; “es por esto que se van abriendo las bóvedas, las cúpulas, los muros. A esta necesidad de invertir recursos para detener los daños, se agrega el hecho de que el mantenimiento de los edificios antiguos es mucho más costoso que el de los modernos; y es frente a esta situación que la Iglesia ha tomado la decisión de invitar a organizaciones de la iniciativa privada a “apadrinar” un templo en deterioro.
Sobre la importancia de conservar estos recintos en el mejor estado, señala que la Ciudad de México, desde el punto de vista turístico, presenta bienes o monumentos de gran belleza arquitectónica, principalmente religiosos, los cuales deben ser atendidos y tratados de manera expedita; “están en la capital del país, en la llamada Ciudad de los Palacios, que es una entidad donde el turismo es de vital importancia para la nación”.
“Nuestros edificios –comenta–, además de hermosos, tienen una historia extraordinaria, pues muchos datan de los inicios de la evangelización, así que representan los mayores tesoros de lo que fue aquella ciudad virreinal de la Nueva España; inmuebles que en sus inicios recibieron recursos de la nación colonizadora de nuestro país y por eso se conservaron en excelente estado. Sin embargo, en la actualidad, a la insuficiencia de recursos por parte del gobierno para el mantenimiento de estos templos, se agrega el problema de que las iglesias del Centro Histórico no tienen comunidades fijas; quienes asisten a estos espacios, generalmente son personas que van de paso y no sienten el compromiso de hacer aportaciones.
El P. Ramírez Jasso señala que si bien él no es nativo de la Ciudad de México, conoce todos los rincones de la capital, y principalmente los del Centro Histórico, espacios que ama y de los cuales conoce perfectamente sus iglesias, así como los daños que estas presentan, que de ninguna forma son menores. “Por tal razón hago este llamado a participar en esta iniciativa novedosa de ‘apadrinar’ templos; primeramente quiero hacer saber a las empresas y organizaciones acerca de este proyecto, y en segundo lugar, deseo hacer saber a los sacerdotes custodios de estas parroquias que no están solos, que en la Comisión de Arte Sacro estamos preocupados por los riesgos que estos daños en los inmuebles representan; hemos servido y seguiremos sirviendo como puente con las instituciones federales, a fin de que estos espacios puedan llegar a estar en condiciones óptimas”.
Señala que entre los inmuebles que más requieren ayuda urgente, está la Iglesia de la Santa Veracruz, ubicada junto a la Alameda, misma que fue fundada por Hernán Cortés para conmemorar la llegada a tierra firme en el lugar que él le llamó “Veracruz”. “Hernán Cortés fundó esta iglesia como un exvoto para dar gracias a Dios; es una iglesia muy hermosa, con un Cristo que fue donado por el emperador Carlos V. El entonces titular de este recinto era el Virrey, quien la embelleció en todos los aspectos. Y así, todos los virreyes que llegaban a la Nueva España, después de tomar posesión en el Palacio Nacional con todo su cabildo, iban en procesión a esta iglesia a tomar posesión. Es un recinto con siglos de historia, que, lamentablemente, desde que se construyó la Línea 2 del Metro quedó completamente ladeado, y ahora cuenta con pilotes mecánicos para medio sostenerla, pero requiere de una intervención muy importante para que no se siga dañando.
“Como este inmueble, hay otras joyas arquitectónicas del arte religioso, bellezas históricas inigualables, que necesitan de una rápida intervención para detener el daño que registran y poder conservarlas en el mejor estado”, finaliza el P. Alfredo Ramírez Jasso.