Obispos de México: El desastre en la Amazonia nos recuerda que nuestro territorio está en peligro

Obispos de México: El desastre en la Amazonia nos recuerda que nuestro territorio está en peligro
Obispos de México: El desastre en la Amazonia nos recuerda que nuestro territorio está en peligro

La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes

Carta por la Amazonia

Ciudad de México, 23 de agosto de 2019

Las Dimensiones del Cuidado Integral de la Creación, de Pueblos Originarios y Afromexicanos y la Comisión Episcopal para la Pastoral Social, nos unimos al dolor y a la preocupación por la devastación de la Amazonía, que es uno de los pulmones de la Madre Tierra.

Nos preocupa la vida de las comunidades que tejen su historia en esos territorios que han habitado desde tiempos antiguos. Ahí están sus ancestros, ahí moran en el descanso de Dios, en estos territorios se han construido como comunidad, han crecido como seres humanos, han realizado su experiencia de Dios, han construido comunidad y han constituido sus procesos organizativos. Ahí han vivido en armonía con todo lo que habita ya que les fue heredado por sus ancestros y ahora están en peligro por esta lamentable tragedia y con ella su vida. Los pueblos amazónicos como señala el Instrumento de trabajo del Sínodo: “Somos parte de la naturaleza. Somos agua, aire y tierra, vida creada por Dios.”; naturaleza que hoy está siendo aniquilada.

Nos duele en lo más hondo de nuestro ser esta destrucción, el deterioro al medio ambiente. Este desastre es antropogénico, por lo que es urgente un cambio de paradigmas en el mundo; el que ahora estamos viviendo de consumo y de descarte, nos ha llevado a cosificar la tierra, a abusar de ella, como señala la Encíclica Laudato Sí: “Esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes” (n. 2), consecuencia de ello, es la tragedia que vive este bioma del planeta.

Alzamos nuestra voz y la unimos a la de muchos hermanos y hermanas que sienten en su corazón el dolor y muerte en nuestra “Casa común y altar del compartir humano” para pedir a las Entidades Políticas Internacionales y a aquellos Gobiernos que tienen en sus manos la solución para combatir estos incendios que lo hagan de manera urgente, pues está en riesgo la vida de todos los seres vivos que la habitan, y el futuro de las generaciones.

 Invitamos a unir esfuerzos en el compromiso. El desastre en la Amazonía nos recuerda que nuestro territorio está en peligro, ya que en nuestra Casa Común todo está interconectado.

Es urgente que en el consenso de las naciones se tomen decisiones que corrijan las actitudes egoístas y destructivas emergidas del modelo económico tecnocrático, pero que también cada uno de los habitantes de esta Casa Común asumamos con seriedad compromisos y prácticas que protejan el Medio Ambiente.

Que nuestra oración se traduzca en acciones que defiendan la vida de la Amazonía y, con ella, de toda la Creación en esta Madre Tierra.

+Excmo. Sr. Don Gustavo Rodríguez Vega

Arzobispo de Yucatán. Presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social

+Excmo. Sr. Don Engelberto Polino Sánchez

Obispo Auxiliar de Guadalajara. Responsable de la Dimensión del Cuidado Integral de la Creación

+Excmo. Sr. Don J. de Jesús González Hernández, OFM

Obispo Prelado de Jesús María, El Nayar. Responsable de la Dimensión de Pueblos Originarios y Afromexicanos

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