La ola de violencia sigue escalando en México. A pesar del despliegue de la Guardia Nacional como la solución a los graves problemas delictivos en diversas regiones del país, la violencia asciende, todos están expuestos y la misma Iglesia católica la sufre en sus templos y personas.

En Cuernavaca, mientras tiene lugar el 41 Congreso Nacional de pastoral penitenciaria, se cometió el asesinato de un taxista y, por otro lado, fue herido de bala un presbítero de la diócesis de Tlapa quien atiende el encuentro. Los hechos se dieron la noche del martes a las afueras del seminario diocesano de San José.

El padre Juvenal Candia Mosso (Ocoapa, Guerrero, 1967) fue ordenado en agosto de 2000 para el clero de la diócesis de Tlapa, iglesia sufragánea de la arquidiócesis de Acapulco. De acuerdo con los reportes, la noche del martes, mientras se disponía a abordar un taxi, dos individuos se acercaron asesinando al conductor quien cayó muerto de inmediato mientras el sacerdote fue herido en la espalda. Tras la agresión se refugió en el Seminario y, posteriormente, trasladado a los servicios de urgencias médicas.

La mañana del miércoles, en las redes sociales de la diócesis de Cuernavaca, pastoreada por Mons. Ramón Castro Castro, reportó que la condición de Candia Mosso era estable mientras otros obispados lamentaron el homicidio del taxista y la agresión contra el sacerdote.

En redes sociales, la diócesis de Tlapa, encabezada por Mons. Dagoberto Sosa Arriga, lamentó “profundamente el acto de violencia”, a la vez que garantizó las oraciones por “este hecho, por todos los afectados y por la paz”, reportando además que el sacerdote estaría estable y recibiendo las atenciones médicas.

Diócesis de Tlapa Lamentamos profundamente el acto de violencia suscitado en las afueras del seminario (Cuernavaca), en donde un hombre perdió la vida y el Pbro Juvenal Candia resultó herido. Oramos como familia por este hecho, por todos los afectados y por La Paz. Dios nos permita seguir trabajando en construir la paz y gozar de ella. A todos les informamos que el padre Juvenal Candia de la Diócesis de Tlapa está atendido y estable.  Oremos por él.

La diócesis de Chilpancingo-Chilapa, presidida por el obispo Salvador Rangel Mendoza, describió en redes sociales los hechos y ofreció sus oraciones por la “pronta recuperación del padre Juvenal Candia Mosso, presbítero de la hermana Diócesis de Tlapa”. Según ese mismo post, la víctima fue herida de gravedad por lo que rogó por su pronta recuperación rogando al Señor para que pronto “cese la violencia en el país”.

Diócesis de Chilpancingo-Chilapa 22 de julio a las 22:45 ·  Como parte de la Provincia Eclesiástica de Acapulco, elevemos nuestras oraciones a Dios nuestro Señor por la Salud y pronta recuperación del padre Juvenal Candia Mosso, presbítero de la hermana Diócesis de Tlapa. El día de hoy, el padre Juvenal, de la Diócesis Tlapa, fue herido de gravedad, (según informes preliminares). El se encontraba en el encuentro Nacional de Pastoral Penitenciaria en la ciudad de Cuernavaca... En el taxi que viajaba del seminario a su lugar de descanso, sufrieron un atentado, en el que perdió la vida al chófer y él está herido, de gravedad, en el pulmón. Pidamos al Señor por su pronta recuperación y cese la violencia en el País.

La arquidiócesis de Morelia, cuyo pastor es Mons. Carlos Garfias Merlos, vicepresidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, emitió un comunicado expresando su solidaridad al obispo de Tlapa. En el mismo, lamentó la muerte del taxista y, como se hace en otras iglesias, ofreció sus oraciones para quien “se presume es una persona entregada a su labor pastoral”. En los mismos términos, la arquidiócesis de Acapulco, presidida por Mons. Leopoldo González González, pidió oraciones por el eterno descanso del taxista, la pronta recuperación del sacerdote y por la paz en México.

México ha sido calificado como uno de los países más peligrosos para ejercer el ministerio sacerdotal.En este 2019 no se ha registrado homicidio alguno de ministros de culto católico; sin embargo, se han multiplicado las agresiones contra sacerdotes y agentes de evangelización además de asaltos y profanaciones a templos y lugares de culto. Incluso en mayo pasado, según se reportó, se han arrojado artefactos explosivos en atrios de los templos que lesionaron a niños. Aunque se dijo que las víctimas estaban manejando irresponsablemente juegos pirotécnicos, familiares de los niños lesionados afirmaron lo contrario al aseverar que una granada fue arrojada desde el exterior.

Con la agresión del padre Candia Mosso, es la tercera ocasión en la que se lesiona a sacerdotes en diferentes hechos. De acuerdo con el Centro Católico Multimedial, a principios de 2019, se reportó el robo de arte sacro del templo de Santa Bárbara en Azcapotzalco. El párroco, Fernando Rodríguez, sufrió lesiones al defender su parroquia.

En abril de 2019, el padre Ambrosio Leocadio Arellano Espinoza, de 78 años de edad, y del clero de la arquidiócesis de Puebla, fue hallado al interior de su casa con evidentes signos de tortura. Aunque la primera línea fue hacia la comisión de un robo, las indagatorias dieron un giro al implicar a familiares cercanos al sacerdote. Según fuente periodísticas, “fue la sobrina que vivía con él, quien lo habría atado con ayuda de su novio, para luego huir en el vehículo del presbítero, una camioneta de la marca Toyota, tipo Avanza, modelo 2011 y placas de Puebla, cuyo valor comercial oscila en los 110 mil pesos”.

Finalmente, en junio, el obispo de Tapachula, Mons. Jaime Calderón Calderón, lamentó el asesinato de la catequista Margeli Lang Antonio. En un comunicado expresó: “Con profunda tristeza y consternación, les comunicamos que hemos sido víctimas de la violencia generalizada que se vive en el país. Ayer (15 de junio) hacia el mediodía, las hermanas catequistas estaban finalizando un curso en la capilla de la Inmaculada Concepción de la parroquia de san Marcos Evangelista del municipio de Acacoyagua cuando dos jóvenes, llegados hasta el final y sentados, sacaron sus armas y empezaron a disparar. Lamentablemente, uno de los proyectiles alcanzó a Margeli Lang Antonio, catequista de niños de esa parroquia, muriendo instantes después de ataque. Las indagatorias han comenzado en el lugar de los hechos y exigimos que lleguen a dar con los responsables. Nos unimos al dolor de los familiares y de la parroquia de san Marcos Evangelista. Nuestra familia diocesana jamás ha de acostumbrarse a estos hechos y mostramos nuestra preocupación y rechazo ante estos signos lamentables de descomposición social y moral de la comunidad humana…”