Editorial Arquimedios En la familia se nutre la identidad

El modelo de familia sueca le apostó a liberar a los hijos de la opresión de los padres; y a los padres de la responsabilidad de criar y mantener a los hijos.

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El modelo de familia sueca le apostó a liberar a los hijos de la opresión de los padres; y a los padres de la responsabilidad de criar y mantener a los hijos; el viejo paradigma de familia fue desacreditado al imponerse un individualismo que aconsejaba vivir para uno mismo, sin más responsabilidad que alcanzar las propias metas. Las parejas dejaron de procrear y con el tiempo envejecieron viendo despoblarse de niños las guarderías y las escuelas. No sólo en Suecia sino en la inmensa mayorías de los países de Europa occidental las tasas de natalidad ha ido a la baja; la descompensación demográfica en cierta medida se ha detenido con la llegada de migrantes.

De allá, de aquellos lares, viene la ideología de género. El Papa Francisco señala que la cultura moderna y contemporánea ha abierto nuevos espacios, nuevas libertades, pero ha introducido también mucho escepticismo y mucha frustración.

El magisterio de los obispos señala que “el cuerpo es un don de Dios. Es con nuestros cuerpos y a través de ellos que realizamos nuestro camino en la tierra, con sus ambigüedades, sus sufrimientos y alegrías. Comprender todo esto es vital no solo para aceptarnos a nosotros mismos y a los demás, sino también a todo el mundo como dones de Dios”.

Algunos de los principales postulados de los impulsores de la ideología de género son los siguientes:

Primero, las diferencias hombre-mujer son convencionales. En este sentido, hombre-mujer, son un estereotipo, pues para este pensamiento, hombre y mujer son intercambiables en su función, son hombre y mujer solo por convención social.

Segundo, el sexo biológico se puede modificar. La ideología de género ve el sexo biológico como algo transitorio, como algo que se puede transformar según la elección del género al que se quiere pertenecer, y promueven tres sexualidades biológicas: masculino, femenino y neutro.

Y tercero, que la familia natural es un estereotipo. Según la ideología de género, la familia natural formada por padre, madre e hijos es sólo un estereotipo cultural basado en la opresiva acción del varón sobre la mujer. Por consiguiente, roto el esquema masculino-femenino, se rompe la idea estereotipada de la familia. Y ya no había una familia, sino “familias”, que sería cualquier agregación social fundada sobre un amor genérico.

Y cuarto: Desexualizar la procreación. Si la familia natural es un estereotipo, por consiguiente, los hijos ya no nacen de la relación sexual entre un hombre y una mujer, sino que pueden ser generados artificialmente, lo que lleva a impulsar la fecundación asistida, y surgen los vientres de alquiler, llamados gestación por otro, o gestación de apoyo, sobre todo para los homosexuales, desprovistos de útero.

Para la colonización ideológica, los impulsores de esta ideología,  acceden a los lugares de educación y comunicación, es decir, la escuela y los medios de comunicación social, con la idea de que la familia natural es un estereotipo, produciendo textos y películas o videos, dirigidos  a los niños, donde los padres de familia son ignorados.

El Santo Padre explica que la ideología de género “presenta una sociedad que vacía el fundamento antropológico de la familia”, procurando una identidad humana que puede determinarse de forma individual y ser cambiada en el tiempo. Señala el Papa que “esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer”.

La enseñanza de la Iglesia, es que Dios crea al ser humano hombre y mujer. “Esta diferencia sexual y complementariedad está en toda persona, porque todos pertenecemos a familias y debemos nuestra existencia a esta complementariedad. Es dentro de la familia que nuestras vidas toman forma y donde se nutre nuestra identidad”.

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