La fascinante historia del Observatorio Vaticano




El 2009 será el año dedicado para observar el cielo. Y esto no pasó desapercibido para la Iglesia. Para los católicos comunes y corrientes, podría ser sorprendente que algunos religiosos estén dedicados enteramente a la observación de las estrellas, a hacer ciencia, a la divulgación y conocimiento del orden natural más allá de la atmósfera de nuestro mundo.

El 21 de diciembre, Benedicto XVI trajo a la memoria de la Iglesia contemporánea la personalidad de varios antecesores suyos en el trono de Pedro que fueron apasionados de la astronomía, “Entre mis predecesores de venerada memoria ha habido cultivadores de esta ciencia, como Silvestre II, que la enseñó, Gregorio XIII, a quien debemos nuestro calendario, y san Pío X, que sabía construir relojes solares…” Y ya la Santa Sede se apresta a realizar un Congreso Internacional sobre el caso Galileo, en mayo de 2009.

Y para muestra, la Iglesia cuenta con uno de los institutos más respetados en la comunidad astronómica internacional: El Observatorio Vaticano, el más antiguo del mundo.

Su fundación se remonta a la Constitución del Papa Gregorio XIII por el que se creó el comité para estudiar los datos e implicaciones sobre la reforma del calendario ocurrida en 1582. Este comité incluyó al padre Christoph Clavius, matemático jesuita del Colegio Romano, quien explicó la reforma del calendario gregoriano. Desde entonces, el papado ha manifestado su interés y apoyo hacia la investigación astronómica. De hecho, tres observatorios fueron fundados por iniciativa pontificia:

El observatorio del Colegio Romano (1774-1878);
El observatorio de la Capital (1827-1870) y,
La Specula Vaticana (1789-1821) en la Torre de los Vientos dentro del Vaticano.

Los tres observatorios alcanzaron su cenit a mediados del siglo XIX con las investigaciones del jesuita Angelo Secchi del Colegio Romano quien clasificó las estrellas de acuerdo a su espectro. Con el Papa León XIII se reestructuró formalmente el Observatorio Vaticano a través de Motu Proprio Ut Mysticam, del 14 de marzo de 1891, por el que señaló le necesidad de que todos vieran claramente que la Iglesia y sus pastores no están opuestos a la verdad y a la solidez de la ciencia, sea divina o humana, animando a apoyarla y promoverla con la mayor dedicación posible.

En 1935, el Papa Pío XI estableció el Observatorio en el Palacio de Castel Gandolfo y, desde esa época, ha estado bajo encargo de una comunidad de jesuitas astrónomos. Hacia la década de los 80, y debido a la luminosidad de la ciudad de Roma, se llevó a cabo la fundación de un segundo Observatorio en Tucson, Arizona y a la eventual construcción del Telescopio Vaticano de Tecnología Avanzada en el monte Graham. Actualmente, el palacio papal de Castel Gandolfo continúa sirviendo como cuartel general del Observatorio y ha sido anfitrión de encuentros internacionales en las escuelas bianuales de verano.

Sin embargo, se han presentado necesidades de espacio. Por un lado está la actividad científica en las instalaciones y, por el otro, el crecimiento del número de jesuitas que se proyecta en el equipo de astrónomos en los próximos años ha hecho necesario estudiar la ampliación de las antiguas instalaciones del Observatorio. De la misma forma, el palacio pontificio continúa recibiendo grandes concentraciones de personas que asisten a las audiencias y es anfitrión de dignatarios que visitan al Pontífice en los meses de verano. Tales actos y necesidades no son compatibles con la residencia de los jesuitas dedicados al estudio, la enseñanza y la investigación. Por ejemplo, las escuelas de verano del Observatorio y los Congresos Internacionales, realizados regularmente en el palacio pontificio, requieren de instalaciones que están cercanos a los aposentos del Papa y, debido a la seguridad y privacidad del Santo Padre, deben ser reasigandos en lugares diferentes.

Para resolver lo anterior, El Vaticano ha ofrecido al Observatorio un antiguo monasterio que se localiza en los jardines pontificios adyacentes al palacio veraniego, por lo que será totalmente renovado y ampliado de acuerdo a las necesidades del la comunidad jesuita de astrónomos. Los telescopios continuarán en el techo del palacio y seguirán bajo el cuidado de la Compañía de Jesús. Las nuevas instalaciones estarían terminadas para el final de 2008 y, hacia el verano de 2009, los astrónomos gozarán del monasterio remodelado.

De acuerdo al reporte 2007 que la Compañía de Jesús rinde al Santo Padre, la comunidad de astrónomos jesuitas a cargo del Observatorio Vaticano en Castel Gandolfo y Tucson está integrada por José G. Funes, director; James J. Bowes, Superior de la comunidad de Tucson; Giuseppe Koch, Superior de la Comunidad de Castel Gandolfo; Richard Boyle, Juan Casanovas, Guy J. Consolmagno, director de relaciones públicas; Christopher Corbally, director del grupo de investigación del Observatorio Vaticano y presidente del Comité nacional ante la Unión Astronómica Internacional; George Coyne, antiguo director del Observatorio; John Hollywood, Jean Baptiste Kikwaya, Giuseppe Koch, Sabino Maffeo, Alessandro Omizzolo, William Stoeger y Andrew P. Withman.

Como afirma en su reporte anual, el Observatorio Vaticano y la Compañía de Jesús se unirán a la celebración del Año Internacional de la Astronomía dando a conocer sus investigaciones a la sociedad en general, conmemorando 400 años de la primera observación de los cielos a través de un telescopio hecho por Galileo Galilei.

(Con información y traducción del Reporte Anual 2007 del Observatorio Vaticano)
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