#sentipensares El caparazón de las tortugas

"Hubo un tiempo en que los poderosos temblaban

al pensar en la rabia desatada de los pobres

a los pobres de ahora no les han dejado ni la ira

pero si los días de ira han terminado

la puerta del futuro está cerrada para todos"

Gloria Gómez Guzmán

Fragmento de Es terrible ser pobre

Hace unas semanas Helena Varela Guinot presentó su libro El caparazón de las tortugas en el espacio virtual por plataforma zoom Tras las huellas de Sophia, ese día me disponía a realizar un bordado aún no sabía que haría, conforme escuche la presentación el bordado cobró vida sobre un pedazo de tela color azul marino que guardé por años, era de mamá de un uniforme que confeccionó para mí o para mí hermano cuando estudiantes de primaria; hilos rojos, amarillo, dorado, tela reciclada de ropa usada, sobre el bastidor el proyecto se fue dibujando al transcurrir la charla y, recordé decir a Francesca Gargallo en un taller de estética feminista que el arte debe entre otras cosas ser útil. 

Beige Simple Boda Pinterest Imagen para Blog

En el libro Helena aborda un tema doloroso para el pueblo mexicano, la desaparición forzada de los cuarenta y tres estudiantes de la escuela normal rural de Ayotzinapa (significa el paso de la tortuga) en Iguala, Guerrero en el año 2014. La desaparición forzada, el racismo institucional y pueblos indígenas en el caso Ayotzinapa, México ha sido investigado realizando diagnósticos sobre las principales afectaciones psicosociales de los ataques del  26 y 27 de septiembre el caso se suma a la lista de injusticias, de anormalidades en investigaciones, casos innumerables como el ocurrido en Tamaulipas el estado donde vivo, en el año 2011 fueron descubiertos treinta y dos cuerpos en narcofosas. La lentitud y entorpecimiento en los procesos de búsqueda e impartición de justicia es reiterada en estos y otros, tantos que no llegamos a conocer. Una realidad lacerante.

Al escuchar el proceso de trabajo de investigación en voz de Helena, su acercamiento con las familias, las madres y los padres de los cuarenta y tres estudiantes de Ayotzinapa me pareció un proceso que conjugó su práctica profesional como investigadora con un profundo sentido humano consciente de la necesidad de que los académicos investigadores sociales se comprometan en la praxis, una posibilidad que algunos evaden por las implicaciones, por motivos de seguridad, por alienarse a los intereses del capital y el status quo que los premia. Helena  me remontó a aquel año en que esta dolorosa noticia se dio a conocer en los medios de comunicación, el dolor atravesó a las madres, los padres, las familias completas de los jóvenes, a sus maestros, a la comunidad. Atravesó los corazones de quienes nos permitimos sentir el dolor de tan indignante hecho, yo no soy una científica social, sin embargo sabía en ese momento que debía dar un paso hacía todos y aportar a la rebeldía común, entonces escribí este poema:

Cuarenta y tres

Hay días de luto…

Días como capullos que se marchitan

                                                                antes de florecer

ahí viven los adoloridos, los acongojados

días de los cuarenta y tres y millones más

¡Nadie cree!                                            se colapsa la farsa

arden las calles                                       los corazones de rabia

recrudece la burla 

                                                                 la trama parece no tener fin.

  ¡VIVOS SE LOS LLEVARON Y VIVOS LOS QUEREMOS!

Los cuarenta y tres normalistas de Ayotzinapa:

Abel García Hernández, Abelardo Vázquez Peniten, Adán Abrajan de la Cruz, Alezander Mora Venancio, Antonio Santana Maestro, Benjamín Ascencio Bautista, Bernardo Flores Alcaraz, Carlos Iván Ramírez Villarreal, Carlos Lorenzo Hernández Muños, César Manuel González Hernández, Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, Christian Tomás Colón Garnica, Cutberto Ortiz Ramos, Dorian González Parral, Emiliano Alen Gaspar de la Cruz, Everardo Rodríguez Bello, Felipe Arnulfo Rosas, Giovanni Galindes Guerrero, Israel Caballero Sánchez, Israel Trujillo González, Jorge Álvarez Nava, Jorge Aníbal Cruz Mendoza, Jorge Antonio Tizapa Legideño, Jorge Luis Luna Torres, Jhosivani Guerrero de la Cruz, Julio César López Patolzin, Leonel Castro Abarca, Luis Ángel Abarca Carrillo, Luis ángel Francisco Arzola, Magdaleno Rubén Lauro Villegas, Marcial Pablo Baranda, Marco Antonio Gómez Molina, Martín Getsemany Sánchez García,  Mauricio Ortega Valerio, Miguel Ángel Hernández Martínez, Miguel Ángel Mendoza Zacarías, Saúl Bruno García.

Diseño sin título

Poemario de autor Mujer colibrí, Segunda edición 2017. Pág. 13

Hace algunas semanas tuve un sueño relevante, no todos los son, a mi edad he aprendido cuáles lo son, cuales corresponden a mi psiquismo individual y cuales al psiquismo colectivo, los premonitorios aparte. En este sueño había una tortuga ella me abrazaba, al siguiente día volví a soñar con la tortuga esta vez hablaba, me contaba cosas, yo escuchaba, no es extraño para mi soñar con animales que hablan, he tenido sueños con animales que hablan en varias ocasiones, prestó mucha atención a mis sueños como proceso en mi vida diaria no separo mi noches de mi días, los recuerdo muy bien, tengo el hábito de hacerlo desde niña, me he interesado en la psicología junguiana en los últimos años, en los arquetipos de Jung.

En el sueño una tortuga me miraba comer, me llevaba a una fogata, ahí me decía que eso que había estado comiendo no era para comer era para fumar, entonces lo encendía en la fogata, después me agachaba en acto reverencial, al girar la cabeza hacia el exterior en un campo abierto una montaña mostraba su rostro de mujer, lloraba y ahí pegada a la tierra yo era humus de ella, hecha de la misma materia, humilde. Sobre mi sueño sé que una interpretación no debe ser apresurada, que muchas veces esta se ve con el paso de los días observando, sin forzar el misterio. 

Cuántas cosas ocurren en nuestras vidas, a la tierra este vasto territorio que habitamos, por las cuales deseamos se haga justicia que si bien no nos regresa lo que se llevó, dignifica al ser en sus derechos humanos, devuelve quizás, solo quizás un poco la esperanza en las autoridades involucradas en la investigación e impartición de justicia. Se asocia a la tortuga como un símbolo de la justicia, la cual puede ser lenta pero llegará, una tortuga puede ir despacito pero sabe a dónde va. 

Para mantener viva su memoria, porque existieron y aún no se hace justicia resisten, decimos ¿Dónde están? Nos faltan 43 “VIVOS SE LOS LLEVAMOS Y VIVOS LOS QUEREMOS” para que la justicia ¿alivie el dolor?, si no es posible reparar el daño a las familias  que habiendo sufrido por las vidas arrebatadas de sus hijos, truncando sus planes, sueños a base de esfuerzo y sacrificio quienes exigen se haga justicia, exigen se dé a conocer la verdad de los hechos ocurridos, dejaron a un lado sus vidas anteriores al crimen, su dolor se transformó para sostenerse entregándose a la lucha para alcanzar justicia, un nuevo sentido que les permite vivir un día a la vez, luchar por verdad y justicia es la encomienda de madres y padres en el territorio mexicano, en el latinoamericano, grupos de buscadoras y buscadores, unidos fortalecidos, movilizados, informados, indagando, investigando, gritando, exigiendo. 

“Hasta que la dignidad se haga costumbre” dijo Jacinta Francisco Marcial en el acto oficial de disculpa pública ofrecida por el gobierno mexicano en el año 2017, 11 años atrás Jacinta vivió en el infierno “¿qué hice para estar en este lugar? Creí que estaba en el infierno”; ella estuvo en la cárcel acusada de secuestro, “estaré contenta cuando se acabe la injusticia. Estaré contenta cuando nos respeten como indígenas. Mientras, no estoy contenta”.

“En cuanto a la reparación del daño expresó “No basta la reparación de daños para superar el dolor, la tristeza, la preocupación y las lágrimas ocasionados a la familia”.

“A los que solo piensan en el dinero como reparación del daño, no se preocupen, no nacemos con él, ni moriremos con él. Nuestra riqueza no se basa en el dinero”.

“Salgamos, salgamos de nuestros conceptos, de nuestras iglesias, de nuestras teologías cerradas, salgamos de las políticas interesadas, salgamos, salgamos de la blanquitud, salgamos para ver otros colores de piel, escuchar otras voces que no son las nuestras, percibir las sinfonías tan distintas que están en los animales en las florestas”…

Ivone Gebara, teóloga

Charla Antropología feminista

Diseño sin título 1

Ivone Gebara, Primer congreso continental de teología feminista, Universidad IBERO, 2017.

Algo que protege también puede evitar el contacto, la ambivalencia. Salgamos del caparazón cuando este nos impide salir al vínculo con el otro que también somos, ser humanos, sentir. Poeta, narradora, escritora amateur, artivista, feminista autónoma y eco, también madre, me negué me sigo negando a no salir al encuentro con está experiencia dolorosa de las madres de los 43 resistiendo, yo con mis letras.

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