Aprender a ser…
Estoy aprendiendo a saber aceptar a las personas, aun cuando ellas me decepcionan. En ocasiones me cuesta asumirlo y aceptarlas como son, queriendo que sean como yo quiero. Es una tarea difícil, pero cada día camino para seguir aprendiendo.
Cada mañana me propongo aprender a amar, amar desde el corazón, intentando aceptar al otro tal cual es. Esto me tiene que llevar a saber escuchar, no solamente a través del oído, sino de los ojos y del alma, poniendo mis cinco sentidos en cada encuentro.
Aprender a escuchar qué me dice esa palabra en ocasiones vana y superficial, esa inseguridad disfrazada o esa soledad arropada por el silencio.
Es difícil descubrir el dolor de cada corazón si no aprendo a amar y a escuchar.
Una joven de un país del este se encuentra, por temas de salud, encerrada en una habitación sin poder salir desde hace algo más de cuatro meses. No recibe visitas, nadie sabe que existe, su familia se encuentra demasiado lejos y sin medios económicos. Ella no quiere preocuparles…
Sus ojos están surcados de tanta lágrima derramada, pero finge su sonrisa cuando nos encontramos en medio del dolor y la desesperación, su alegría es simulada, no quiere hacerme sufrir…
Ahí es donde quiero aprender a amar, a amar como Cristo amó. Sin interés, sin ambición, sin orgullo…
Estoy aprendiendo hacerlo como Él lo hizo: desde el corazón.
Es difícil, pero estoy aprendiendo…