Las víctimas saludan la imputación del "número 3" de la Santa Sede La Iglesia australiana no pagará la defensa del cardenal Pell
La archidiócesis de Sidney confirmó este jueves que el cardenal George Pell, encargado de las finanzas del Vaticano, regresará al país "cuando sea posible" tras ser imputado por la policía australiana por presuntos delitos de pederastia y citarle a comparecer ante un tribunal, si bien precisó que no pagará los costes de su defensa.
En un comunicado, firmado por el arzobispo, Anthony Fisher, la diócesis recordó que Pell ha negado las acusaciones y que su vuelta dependerá de la recomendación de los doctores sobre su estado de salud.
"El cardenal Pell regresará a Australia, tan pronto como sea posible, para limpiar su nombre siguiendo el consejo y la aprobación de sus médicos, que también asesorarán sobre sus arreglos de viaje", apunta el escrito. Sin embargo, el propio purpurado ya ha anunciado que viajará a su país para defenderse, por lo que ha pedido -y obtenido- una dispensa del Papa Francisco.
Aunque la nota añade que "la archidiócesis ayudará con el acomodo y apoyo al cardenal, tal y como haría para cualquiera de sus obispos o sacerdotes", sin embargo, deja claro a la vez que "no es responsable de los costes legales que surjan de este proceso".
El escrito asimismo asegura que las presuntas víctimas del purpurado "deben ser escuchadas con respeto y compasión y sus denuncias investigadas y tratadas de acuerdo con la ley". "Tenemos ahora que dejar paso a la búsqueda imparcial de la justicia", asevera.
Por último, el arzobispo Fisher pide a todos "que recen por la verdad y la justicia en este caso [y] que recen por nuestra Iglesia en este momento díficil", a la vez "que sigan rezando para todos afectados por el abuso sexual".
La Policía del estado australiano de Victoria imputó hoy al cardenal Pell por presuntos delitos de pederastia -si bien no especificó la naturaleza ni la cantidad de los cargos a los que se enfrentará- y le citó a comparecer ante un tribunal el mes que viene.
Pell, máximo representante de la iglesia católica australiana, es sospechoso de haber abusado sexualmente de menores cuando era sacerdote en la ciudad de Ballarat (1976-80) y cuando fue arzobispo de Melbourne (1996-2001), ambas en Victoria.
Las presuntas víctimas de Pell, "excitadas" por su imputación
Mientras tanto, en Ballarat, dos de las presuntas víctimas de Pell se han mostrado "excitadas" por la noticia de la imputación del cardenal por la policía victoriana.
En declaraciones a Fairfax Media, Ingrid Irwin, la abogada del pueblo australiano que representa a dos de los niños presuntamente abusados por el cardenal, afirmó que "durante demasiado tiempo, estos hombres tenían demasiado miedo a denunciar debido al poder de la Iglesia católica", pero que la incriminación del cardenal "ha mostrado que George Pell no está por encima de la ley".
"Los dos se sienten justificados porque es un reconocimiento", continuó la letrada. "Estos hombres han estado viviendo en una zona gris durante dos años: fue un riesgo grande hacerlo público y han estado esperando sentirse justificados".
¿Hora de que el Papa ponga en marcha una investigación canónica contra el cardenal?
Si algo significa -al nivel del Vaticano, al menos- la imputación del cardenal George Pell por presuntos delitos de pederastia, es que los muros que protegían a la Santa Sede del escrutinio del mundo en lo relativo a la protección de menores han empezado a caer.
Esa es la opinión del padre Thomas Doyle, experto estadounidense en el abuso sexual de niños en la Iglesia, quien ha declarado al National Catholic Reporter que es apropiado que Pell sea apartado de su cargo como Prefecto de la Secretaría para la Economía del Vaticano mientras el proceso judicial contra él siga su curso. No solo eso, de hecho, sino que en opinión del experto ya es hora, tras la imputación criminal del cardenal Pell, para que el Papa "empiece a considerar seriamente" la puesta en marcha de un proceso canónico contra el purpurado australiano.
El caso Pell, añade Doyle, demuestra que "gran parte de la protección con la que ha contado durante tanto tiempo se está empezando a erosionar". "Las defensas con las que podrían contar la Santa Sede", en términos del quizás exagerado respeto en la que la tenían otros países alrededor del mundo, "ahora están en una posición precaria".
(RD/Agencias)