Francisco publica una carta por los 1600 años de la muerte del autor de la Vulgata El Papa coloca a San Jerónimo como "modelo de sinodalidad" para los católicos del siglo XXI

San Jerónimo escribiendo. Caravaggio
San Jerónimo escribiendo. Caravaggio

“La Biblia ha sido escrita por el Pueblo de Dios y para el Pueblo de Dios, bajo la inspiración del Espíritu Santo. Sólo en esta comunión con el Pueblo de Dios podemos entrar realmente, con el “nosotros”, en el núcleo de la verdad que Dios mismo quiere comunicarnos”

"Sin traducción no hay hospitalidad y se fortalecen las acciones de hostilidad. El traductor es un constructor de puentes"

Carta apostólica Scripturae Sacrae Affectus, en el XVI Centenario de la Muerte de San Jerónimo

“El estudio de Jerónimo se reveló como un esfuerzo realizado en la comunidad y al servicio de la comunidad, modelo de sinodalidad también para nosotros, para nuestro tiempo y para las diversas instituciones culturales de la Iglesia, con vistas a que sean siempre «lugar donde el saber se vuelve servicio, porque sin el saber nacido de la colaboración y que se traduce en la cooperación no hay desarrollo humano genuino e integral”. El Papa Francisco ha escrito la carta apostólica Scripturae Sacrae Affectus, en el XVI Centenario de la Muerte de San Jerónimo.

En el texto, Bergoglio reivindica al autor de la ‘Vulgata’ y “su admirable figura en la historia de la Iglesia y su gran amor por Cristo”. “Hoy, mil seiscientos años después, su figura sigue siendo de gran actualidad para nosotros, cristianos del siglo XXI”, subraya el Pontífice.

Traductor y comentarista

Repasando su vida, el Papa destacó cómo Jerónimo dedicó “su existencia a hacer que las palabras divinas, a través de su infatigable trabajo de traductor y comentarista, fueran cada vez más accesibles a los demás”. Un hecho que convierte a este Padre de la Iglesia en una de “las grandes figuras de la Iglesia de la época antigua, en el periodo llamado el siglo de oro de la patrística”, junto a Agustín, Ambrosio y Gregorio Magno.

Detalle de 'San Jerónimo'. EL Greco
Detalle de 'San Jerónimo'. EL Greco

“Jerónimo eligió y vivió el desierto, con la consiguiente vida eremítica, en su significado más profundo: como lugar de las elecciones existenciales fundamentales, de intimidad y encuentro con Dios, donde a través de la contemplación, las pruebas interiores y el combate espiritual llegó al conocimiento de la fragilidad, con una mayor conciencia de los límites propios y ajenos, reconociendo la importancia de las lágrimas”, recordó Francisco, quien insistió en que “en el desierto, experimentó concretamente la presencia de Dios, la necesaria relación del ser humano con Él, su consolación misericordiosa”.

“Jerónimo fue exegeta, docente, guía espiritual”, glosó el Papa, quien destacó cómo “una cultura, la suya, puesta al servicio y confirmada como necesaria para todo evangelizador”. Una comunión que tiene como base la escritura, “que no podemos leer por nuestra cuenta”. “La Biblia ha sido escrita por el Pueblo de Dios y para el Pueblo de Dios, bajo la inspiración del Espíritu Santo. Sólo en esta comunión con el Pueblo de Dios podemos entrar realmente, con el “nosotros”, en el núcleo de la verdad que Dios mismo quiere comunicarnos”, subrayó.

Un apasionado de la Escritura

A la hora de definir a San Jerónimo, Bergoglio destacó dos dimensiones: “por un lado, su absoluta y rigurosa consagración a Dios, con la renuncia a cualquier satisfacción humana, por amor a Cristo crucificado; por otro lado, el esfuerzo de estudio asiduo, dirigido exclusivamente a una comprensión del misterio del Señor cada vez más profunda”, aspectos que se reflejan con fruición en la historia del arte.

Pero, sin duda, “el rasgo peculiar de la figura espiritual de san Jerónimo sigue siendo, sin duda, su amor apasionado por la Palabra de Dios, transmitida a la Iglesia en la Sagrada Escritura. Si todos los Doctores de la Iglesia —y en particular los de la época cristiana primitiva— obtuvieron explícitamente de la Biblia el contenido de sus enseñanzas, Jerónimo lo hizo de una manera más sistemática y en algunos aspectos única”.

¿Están en la Biblia las respuestas a todas las preguntas del hombre de hoy?
¿Están en la Biblia las respuestas a todas las preguntas del hombre de hoy?

“El amor apasionado de san Jerónimo por las divinas Escrituras está impregnado de obediencia. En primer lugar respecto a Dios, que se ha comunicado con palabras que exigen una escucha reverente y, en consecuencia, también la obediencia a quienes en la Iglesia representan la tradición interpretativa viva del mensaje revelado”. Sin embargo, “la obediencia de la fe no es una mera recepción pasiva de lo que es conocido; al contrario, requiere el compromiso activo de la investigación personal”.

“Lamentablemente, en muchas familias cristianas nadie se siente capaz de dar a conocer a sus hijos la Palabra del Señor, con toda su belleza, con toda su fuerza espiritual”

Se vuelve necesario, por tanto, “la mediación del intérprete, ejerciendo su función “diaconal”, al ponerse al servicio de quienes no pueden comprender el sentido de lo escrito proféticamente”, explicó el Papa.

“Lamentablemente, en muchas familias cristianas nadie se siente capaz de dar a conocer a sus hijos la Palabra del Señor, con toda su belleza, con toda su fuerza espiritual”, denunció el Papa, quien destacó el impacto de la Vulgata en la evangelización de la Iglesia en todo el mundo. “Jerónimo, y después de él sus seguidores, tuvieron el mérito de haber emprendido una revisión y una nueva traducción de toda la Escritura”. Gracias a su trabajo, “la Europa medieval aprendió a leer, orar y razonar en las páginas de la Biblia traducidas por Jerónimo”.

San Jerónimo Penitente (El Greco)
San Jerónimo Penitente (El Greco)

Inculturar la Biblia, en más de tres mil idiomas

“Con su traducción, Jerónimo logró “inculturar” la Biblia en la lengua y la cultura latina, y esta obra se convirtió en un paradigma permanente para la acción misionera de la Iglesia”, agradeció el Pontífice, quien vinculó la Biblia con la solidaridad y la construcción del Reino. “Sin traducción no hay hospitalidad y se fortalecen las acciones de hostilidad. El traductor es un constructor de puentes. ¡Cuántos juicios temerarios, cuántas condenas y conflictos surgen del hecho de ignorar el idioma de los demás y de no esforzarnos, con tenaz esperanza, en esta prueba infinita de amor que es la traducción!”.

“Con la celebración del centenario de la muerte de san Jerónimo, nuestra mirada se vuelve hacia la extraordinaria vitalidad misionera expresada por la traducción de la Palabra de Dios a más de tres mil idiomas. Muchos son los misioneros a quienes debemos la preciosa labor de publicar gramáticas, diccionarios y otras herramientas lingüísticas que ofrecen las bases de la comunicación humana y son un vehículo del «sueño misionero de llegar a todos»".

"Es necesario valorar todo este trabajo e invertir en él, contribuyendo a superar las fronteras de la incomunicabilidad y de la falta de encuentro. Todavía queda mucho por hacer”, finalizó Francisco, quien concluyó haciendo un llamamiento: “Nuestro mundo necesita más que nunca la medicina de la misericordia y la comunión. Permítanme repetir una vez más: Demos un testimonio de comunión fraterna que sea atractivo y luminoso”.

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