Presentado en Roma el libro-entrevista a Benedicto XVI Peter Seewald: «El Papa podrá ser entendido por el mundo entero»

El libro-entrevista "Luz del Mundo" abre las puertas de la mente de un Papa del modo más amplio jamás conseguido. A diferencia de las entrevistas realizadas hasta ahora siempre por escrito, las seis horas de magnetófono y diálogo mano a mano entre Peter Seewald y Benedicto XVI muestran una riqueza inesperada. Se "escucha" su tono de voz, a veces tímido, a veces dubitativo, a veces enfadado. Y se "ve" como funciona su mente pues, en estilo coloquial y comprensible a todos, el Papa explica los motivos de sus dudas y los motivos de sus decisiones. Lo cuenta Juan Vicente Boo en ABC.

La presentación del libro en el Vaticano a cargo del entrevistador fue, mas bien, la presentación de un entrevistado excepcional cuya dimensión se agiganta a cada capitulo. Según Peter Seewald, quien ya escribió antes dos libros de entrevistas con el cardenal alemán, "es fascinante ver ahora la persona de Joseph Ratzinger y al mismo tiempo el Papa. Forman una identidad. No ha cambiado nada en él. Sigue siendo una gran fuerza intelectual y una gran fuerza espiritual. Aunque diría que ahora es más piadoso".

El periodista asegura que su entrevistado "es una persona que te facilita la vida, que te facilita las cosas. Es un Papa que te acoge, que se para en cada pregunta. Es un hombre de diálogo que no tiene miedo de ninguna pregunta". Sus respuestas son coloquiales. Son profundas pero sin complicaciones. Según Seewald, en este libro "el Papa podrá ser entendido por el mundo entero".

Buena falta va a hacer, pues el adelanto fragmentario y descontextualizado de algunas frases por "L'Osservatore Romano" creó la pasada semana una gigantesca confusión sobre la moralidad del uso de preservativos. En la presentación, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi reveló que su nota del domingo -publicada casi íntegramente por ABC- sobre la interpretación correcta de las palabras del Papa había sido revisada personalmente por Benedicto XVI y, por lo tanto, es la única auténtica: "el Papa no reforma o cambia la enseñanza de la Iglesia sino que la refirma en la perspectiva del valor y la dignidad de la sexualidad humana como expresión de amor y responsabilidad".

El padre Lombardi confirmó que el caso especial mencionado por el Papa como uso legítimo del preservativo para evitar poner en peligro la vida de otra persona es el de un "prostituto", en masculino, tal como figura en el original alemán, traducido erróneamente al italiano y difundido por "L'Osservatore Romano" como "prostituta". Para aclarar bien todo, el portavoz preguntó a Benedicto XVI si deseaba referirse exclusivamente a la prostitución masculina. La respuesta fue negativa. Según Lombardi, el caso puesto como ejemplo por el Papa se refiere "a hombres, mujeres o transexuales".

Seewald, que conoce como nadie el pensamiento del Papa, estaba claramente molesto con la polvareda mediática, pues el exceso de atención a un malentendido había relegado a segundo plano los demás puntos de un libro riquísimo. En su opinión, "el periodismo pasa por una crisis, como hay también una crisis de la Iglesia, una crisis de la sociedad y una crisis medioambiental de gran envergadura". Cargando un poco la mano, Seewald ironizó: "El mundo se hunde, y la mitad del mundo periodístico está discutiendo de preservativos. ¿No es ridículo? Aquello era un comentario sobre el viaje a África. Y se ha vuelto a comprobar que nadie se interesa por los problemas de los africanos".

El periodista alemán confirmó que el Papa respondió a todas sus preguntas, y que no ha habido ninguna censura -aunque sí, lógicamente, retoques- sobre las transcripciones de las respuestas. Fue como los habituales encuentros del Papa con los periodistas en el avión: su pensamiento es muy ordenado, por lo que las frases fluyen con orden, y basta solo poner los signos de ortografía.

Aparte de los temas ya comentados en días anteriores, es interesante leer las respuestas del Papa sobre el gran engaño de Marcial Maciel y sus perversiones, descubiertas demasiado tarde pues "de alguna manera estaban muy bien ocultadas". Pero, sobre todo, descubrir su optimismo al constatar que "la Iglesia crece y está viva, es muy dinámica. En los últimos años ha aumentado el numero de sacerdotes y de seminaristas en todo el mundo". Es negativo, en cambio, que en muchos países, "en nombre de la tolerancia se está eliminando la tolerancia" con las posturas que discrepan de la cultura dominante.

El Papa reconoce que no sigue el consejo médico de utilizar la bicicleta estática "porque no me llega el tiempo y, por el momento, no lo necesito, gracias a Dios". Utiliza un reloj de hace cuarenta años que le dejó su hermana y confiesa que nunca viste con jerséis, ni siquiera en privado, pues "el antiguo segundo secretario del Papa Juan Pablo II, monseñor Mieczyslaw Mokrzycki, me dijo:'El Papa llevaba siempre la sotana; usted también debe hacerlo".

En sus reflexiones hay un puesto para nuestro país pues Seewald le comenta que "parece amar muy especialmente a España", como demuestran sus viajes. El Papa responde con toda claridad: "Por supuesto". Después se extiende sobre las ideas comentadas el pasado 6 de noviembre durante su vuelo a Santiago de Compostela: "Es un país de contrastes dramáticos. Pensemos en el contraste entre la República de la década de 1930 y Franco, o en la dramática lucha actual entre la secularidad radical y la fe decidida". Pero es, sobre todo, un país al que desea volver y "si Dios quiere y me encuentro todavía con vida, entraré de nuevo en contacto con él especialmente en la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid".

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