La Clase de Religión en la CAV: Pinceladas del debate en los últimos 5 años.

Que el hecho religioso no deja indiferente a casi nadie es algo palpable y el debate prolongado sobre la ubicación de la Asignatura de Religión en el Sistema educativo es uno de los muchos ejemplos.

No podemos negar que el hecho religioso “católico” ya no es una característica fundamental del Pueblo Vasco, aquel que se identificaba con el lema “euskaldun fededun”, pero es algo transversal y con un gran arraigo en su ser. Además la nueva realidad social plantea un espectro religioso a tener en cuenta, sobre todo en un futuro quizá no muy lejano.

Voy a intentar hacer un ejercicio de síntesis de parte de la historia más reciente de este debate centrado en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV):

Empezaré remontándome al año 2006 y a la presentación en público de la Asociación Familiar BAGARA, en el marco del Foro Cívico “Contribuciones Educativas de la Enseñanza religiosa escolar” celebrado en el Palacio de Villa Suso en Vitoria-Gasteiz.

En aquel Foro se habló de: “la necesidad de trabajar en el desarrollo de los valores humanos en todos los campos, así como la necesidad de descubrir la presencia de Dios en la realidad cotidiana. Se hizo referencia a la necesidad de la educación en valores como el amor, la verdad, la paz… que se desprenden del mensaje de Jesús. El anhelo de sentir la presencia de Dios en la Humanidad y la búsqueda de personas íntegras y humanas en una tarea urgente a desarrollar.” (esto lo expuso Begoña Martínez, vicepresidenta de BAGARA);
El presidente de esta Asociación, Ramiro Pascual, denunció públicamente “la situación de laicismo excluyente que se vive en Euskadi, donde, en algunos centros educativos, se llega a imposibilitar que las familias puedan ejercer su derecho a la educación religiosa para sus hijos e hijas. Hay centros que no tramitan las peticiones de las familias o incluso se les coacciona para que abandonen su exigencia.”

Este Foro se celebraba el 18 de mayo de 2006; unos meses más tarde, el día de la Inmaculada, el BOE hacía público el RD 1513/2006 en cuyo texto se pueden leer cosas como: 1. Las enseñanzas de religión se incluirán en la Educación primaria de acuerdo con lo establecido en la disposición adicional segunda de la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación.
2. Las administraciones educativas garantizaran que, al inicio del curso, los padres o tutores de los alumnos y las alumnas puedan manifestar su voluntad de que estos reciban o no reciban enseñanzas de religión.
Y el RD 1631/2006 en el que sus dos primeros puntos dicen: 1. Las enseñanzas de religión se incluirán en la Educación secundaria obligatoria, de acuerdo con lo establecido en la disposición adicional segunda de la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación.
2. Las administraciones educativas garantizarán que, al inicio del curso, los alumnos mayores de edad y los padres o tutores de los alumnos menores de edad puedan manifestar su voluntad de recibir o no recibir enseñanzas de religión.

El Foro ERELGUNE, que agrupa entre otros a profesores de religión, respondía a los pocos días con la siguiente propuesta: “ERELGUNE ya ha planteado que esta decisión de amparar por ley el desconocimiento en materia religiosa consideramos que es un error educativo.

En la Comunidad Autónoma Vasca y la Comunidad Foral de Navarra, se planteó en su tiempo que en esta etapa la atención educativa organizada tendría que tener en cuenta el fenómeno religioso en sus manifestaciones culturales y sociales desde claves no confesionales y así está contemplado en su ordenamiento autonómico. (…)

Sancionar legalmente la posibilidad de concebir la historia o la cultura como si la religión no hubiese existido lo consideramos un error, al menos desde nuestras claves de lo que debe ser la educación integral, la formación de todas las dimensiones de la persona humana.
Por ello, el acuerdo que propondríamos es que se respetase la actual carga horaria mínima de 3 horas por ciclo en Secundaria y de 2 horas en Bachillerato (pudiéndose ampliar esta carga horaria en las Comunidades Autónomas que así lo estimasen oportuno) y que la elección de las familias fuese entre la asignatura de Religión confesional (según acuerdos con las diversas confesiones religiosas) y la debida atención educativa, que en Secundaria tendría que tener una atención al fenómeno religioso como parte integrante de la historia, de la cultura y de los valores sociales de una Europa pluricultural que queremos construir.
Si este espíritu se respeta desde el Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) en los Reales Decretos, nuestras Comunidades Autónomas podrían seguir avanzando en un mayor consenso y la propuesta de Erelgune en el marco del currículo vasco podría alcanzar el consenso y solventase la cuestión del estatuto de esta área de conocimiento de una vez por todas.”

Casi un año más tarde el BOPV publicaba el Decreto 175/2007 en cuya Disposición Adicional primera decía:
“1.– Al inicio del curso, los alumnos y alumnas mayores de edad y los padres, madres o tutores de los menores de edad manifestarán su voluntad de recibir o no recibir enseñanzas de Religión.
2.– Quienes opten por las enseñanzas de Religión deberán elegir entre:
– las enseñanzas de religión católica,
– las de aquellas otras confesiones religiosas con las que el Estado tenga suscritos Acuerdos Internacionales o de Cooperación en materia educativa, en los términos recogidos en los mismos, o
– la enseñanza de Historia y Cultura de las Religiones, exclusivamente en la Educación Secundaria Obligatoria.
Mientras tanto las presiones a las familias y la campaña de quienes propugnan una “Escuela Laica” continuaban y obtenían respuestas como la carta abierta escrita desde la Asociación Familiar BAGARA:
“La opción por una escuela laica es legítima, pero no debemos olvidar que la apuesta educativa está orientada hacia una EDUCACIÓN INTEGRAL, desde la cual se pretende el desarrollo de todas las dimensiones de la persona, incluida la religiosa. Por ello, se da la posibilidad de impartir esta asignatura, en la mayoría de los países de la unión europea, incluyendo Alsacia Lorena (Francia, aunque en el resto del país no se dé). Nosotros formamos parte de Europa y por lo tanto es obligatoria la oferta, pero no es obligatorio cursar la enseñanza religiosa.

La escuela pública vasca ha optado por un modelo respetuoso con todas las opciones, pero que respeta a las familias que piden que la dimensión religiosa sea cultivada y no como catequesis o adoctrinamiento, sino como enseñanza religiosa, siguiendo los mismos parámetros pedagógicos que el resto de las disciplinas y sometida a la misma estructura curricular que el resto de los conocimientos.

Impedir o coaccionar a las familias a que puedan ejercitar ese derecho va contra la legislación vigente y contra el marco de convivencia que queremos construir en nuestra sociedad. Asumir con normalidad que en un espacio escolar (la hora de Religión o alternativa) las familias puedan elegir el tipo de educación religiosa y moral de acuerdo con sus convicciones ha de ser algo asumido con naturalidad.
Las presiones que muchas familias reciben de los sectores laicistas para que no apunten a sus hijos e hijas a la asignatura de Religión son en muchos casos signos de intolerancia. Y en algunos casos llegan a la coacción. Estos comportamientos no son de recibo en la escuela.
Conseguir la normalidad en la opción de las familias porque sus hijos e hijas cursen o no éste área de conocimiento ha de ser un camino a defender desde todas las entidades.”

Avanzamos en el tiempo y en el año 2008 Erelgune elabora un documento de 10 puntos titulado: “Religión en la Escuela ¿Por qué?” en el que insiste en los planteamientos expresados de la inclusión de la clase de religión como parte de una formación integral, de reconocimiento necesario y en justicia del papel del hecho religioso en la Historia de la Humanidad y del papel del cristianismo en nuestra Historia particular, de la necesaria distinción entre clase de religión y catequesis, del derecho de los padres a participar y decidir sobre ciertos aspectos de la educación de sus hijos, de tener presente la realidad de nuestro entorno geopolítico en esta materia, del reconocimiento de que valores evangélicos y valores humanos comparten objetivos, definir el termino de aconfesionalidad de un Estado, presentar los apoyos legales de sus planteamientos y denunciar el incumplimiento de las leyes en materia educativa relacionada con la clase de religión.

El listado de centros públicos en los que por uno y otros motivos no se impartía la clase de religión en ese año 2008 daba las siguientes cifras: 91 centros de Infantil y Primaria (11 Álava, 31 Vizcaya, y 49 Guipúzcoa) y 22 de Secundaria (7 Vizcaya y 15 Guipúzcoa).

El 15 de octubre de 2008 comparece el Consejero de educación del Gobierno Vasco, Campos Granados, a petición del Grupo Popular, y durante la misma se ponen sobre la mesa las diversas visiones de la situación de la clase de religión en el sistema educativo en la CAV, se denuncian las presiones que incluso desde la dirección de algunos centros se llevan contra los padres para eliminar la clase de religión y la campaña “Religión 0 horas” de algunas agrupaciones y sindicatos. El representante del Grupo Popular, Oyarzabal de Miguel, dijo: “los datos que tenemos nos dicen que el 22 % de los centros públicos ponen trabas a la oferta de la asignatura de Religión. Tenemos casos concretos, de escritos a padres donde es la propia dirección de los centros la que impide que se oferte la asignatura de religión.” En otro momento de su intervención llegó a calificar de moobing el acoso que se estaba ejerciendo sobre algunos alumnos en algunos centros.

Durante la intervención el Sr. Oyarzabal dio lectura al texto de una de las cartas remitidas por un centro a los padres y en la que se decía: "…queremos manifestar nuestra posición mayoritaria -del centro- sobre la no conveniencia de impartir religión como asignatura, considerando ésta una opción íntima, personal y familiar que debería desarrollarse fuera del entorno escolar. Asimismo, reiteramos nuestro posicionamiento a favor de una escuela pública donde la laicidad sea uno de sus referentes".
El Consejero por su parte ofreció datos del curso anterior argumentando no disponer de los más recientes, defendió la actuación de su departamento y no convenció a los demandantes de su comparecencia.
El resto de intervenciones de los representantes de las otras formaciones políticas fueron prácticamente testimoniales.

Con fecha de 30 de enero de 2009 se cursa una carta desde la Consejería de educación del G.V a los directores de los centros públicos para recordarles la obligatoriedad de la oferta de la clase de religión, del respeto a la opción de los padres, del registro oficial de la opción tomada, y de la imposibilidad por parte de ninguno de los órganos del centro de alterar las demandas expresadas.

En marzo de 2009 el colectivo Somos Iglesia /Eliza Gara se pronuncia, junto a otros grupos en una Plataforma a favor de una escuela laica y en contra de la matriculación en la Asignatura de Religión. Fundamentan su postura en evitar cualquier tipo de adoctrinamiento, algo que como les responde Erelgune en una carta abierta, debería evitarse en cualquiera que utilizase una cátedra de la materia que fuese. En esa misma carta se contra argumentan por parte de Erelgune otros planteamientos de la Plataforma; así se les contesta que valores como “justicia, solidaridad, paz, libertad, conciencia crítica, respeto, tolerancia, fraternidad, amor, dignidad humana,… desde la dimensión religiosa y transcendente de las personas no se encuentran en ninguna otra área.” Y se defiende la figura del docente de religión.

En febrero de 2011 Aralar presentaba una enmienda, que fue rechazada por el Parlamento Vasco, en la que se buscaba eliminar la asignatura de religión del sistema educativo.
Durante el periodo de prematriculación para el curso 2011/2012 se reavivó el debate social y las campañas de los colectivos que se oponen a la Asignatura de Religión, al contenido de la misma, a su consideración en el expediente académico, a su inclusión en el horario escolar, a su sustitución o no por materias alternativas y también a la consideración y situación laboral de las personas que imparten esta asignatura.

Casualmente esta campaña ha coincidido con el acuerdo de transferencia al Gobierno Vasco del colectivo de profesores de religión de la enseñanza pública vasca. Una transferencia que será efectiva en abril.
Tras un largo proceso administrativo la reiterada demanda de transferencia a la Comunidad Autónoma Vasca del colectivo de profesores de religión de Infantil y Primaria de los centros públicos del País Vasco es ya un hecho.

Si observamos el tema de la clase de religión desde su visión político-mediática, vemos que esta asignatura es un problema, como ninguna otra asignatura lo había sido antes, (esta reflexión ya la hizo Rafael Artacho López Profesor de Pedagogía Religiosa En la Facultad de Educación de la UCM. en la conferencia pronunciada en la Universidad Menéndez Pelayo de Valencia con el título: Modelos de presencia de la Religión en el Espacio Público Escolar), pero si analizamos esta asignatura desde sus auténticos protagonistas, profesores, alumnos y familias, como lo hizo la Fundación SM, resulta que “no solo no la perciben como una cuestión controvertida, sino que la valoran positivamente. En definitiva, la enseñanza de la religión es una realidad muy poco o poco problemática para sus principales protagonistas.” (del informe “Protagonistas de la Clase de Religión” elaborado para la Fundación SM por el profesor Titular de Pedagogía de la Religión y director del Área de Ciencias de la Religión del Centro Universitario La Salle, Carlos Esteban Garcés.)

Analizando, un poco solo, las actuaciones llevadas a cabo desde ámbitos políticos en el proceso de ubicación y consideración de la Clase de Religión, uno se “sorprende” de la cantidad de tiempo y dinero que nos gastan para recordar obviedades. Estoy pensando concretamente en la carta fechada el 30 de enero de 2009 enviada por el G.V a los directores de los centros para recordarles que la materia de Religión es de obligada oferta para los centros y de voluntaria elección para padres y alumnos, o que los órganos del colegio no son competentes para privar de este derecho a los alumnos y a sus padres.

Otro tema es el discurso de tópicos, fácilmente desmontables por otro lado, en el que muchas veces incurren los políticos, demostrando muchas veces no tener ni idea de lo que hablan. Uno de los mejores ejemplos de esto que digo lo encontré en la carta y su respuesta entre el Foro Erelgune y la responsable del Proyecto Educación de UPyD. A modo de botón de muestra los siguientes párrafos de la carta de UPyD y la respuesta (en negrita) de Erelgune: “ Es más, si se considera que recibir instrucción religiosa en la escuela pública es un derecho, este derecho pertenece a la persona que profesa una religión, no a la religión misma, que como tal, no es sujeto de derechos. Entonces, si es un derecho individual, de él no se puede excluir a nadie que lo quiera ejercer, y sería injusto que solo lo pudieran disfrutar los que pertenecen a las religiones mayoritarias.

Informarse, por favor, sobre los convenios con las religiones.
De este modo, por minoritaria que sea la religión de los padres, y por rara y estrafalaria que pueda parecer, el Estado ha de pagar a un señor, igualmente raro y estrafalario, para que adoctrine al hijo.
Informarse, por favor, sobre los criterios para establecer convenios.
La pertinencia o no de esta asignatura no tiene absolutamente nada que ver con la predicación
Estudio académico. En la facultad donde se estudia Teología o Ciencias de la Religión no se predica, se estudia.
de una religión en el seno de la enseñanza pública.”


Evidentemente a lo largo de estos cinco años las diócesis vascas también se han pronunciado sobre este tema, y de forma resumida estos han sido algunos de los pronunciamientos y documentos elaborados saliendo al paso del debate sobre la Asignatura de Religión:

Nota de los obispos de Bilbao en el año 2007 (monseñores Ricardo Blázquez y Carmelo Echenagusía) con motivo de la campaña de prematriculaciones: “Comunidad familiar, comunidad escolar y comunidad cristiana se complementan para educar en valores profundos de la persona y de la convivencia ciudadana. Creemos que la clase de religión tiene plena actualidad dentro de una escuela abierta, plural e integradora de culturas, saberes e inquietudes sociales.” “La clase de religión, en el marco de una escuela integradora, confesional o no, concertada o pública, ofrece una visión abierta, crítica, respetuosa y humanizadora. Por ello animamos a padres y madres de familia de nuestra diócesis a solicitar la clase de religión en el centro educativo de sus hijos/as, en el ejercicio de su responsabilidad cristiana y en uso de su derecho ciudadano.”

El 17 de marzo de 2008 D. Ricardo Blázquez firmaba una carta abordando el tema de la clase de religión y en ella decía: “Todavía hay centros escolares en los que por unas razones u otras, por unos pretextos u otros, no se ofrece de hecho a los padres y a los mismos alumnos y alumnas la oportunidad de la clase de religión católica, que es un derecho reconocido a cada persona en nuestra regulación escolar. Nadie está obligado a cursar la religión católica, pero a todos se debe posibilitar en concreto, sin subterfugios, usufructuar su derecho. Muestro mi gratitud a quienes se ocupan del cumplimiento de este deber de los centros y de este derecho de padres y alumnos: A los profesores, asociaciones, padres de familia, sacerdotes, religiosos, seglares. Lamentamos la situación que persiste en algunos lugares, ya que se priva a bastantes de la formación religiosa y moral católica, que contribuiría decisivamente a su formación integral.”

En abril de 2009 los obispos de las diócesis de Bilbao, San Sebastián y Vitoria, sintonía con la Federación de Centros Eclesiales “Kristau Eskola, hacían pública una nota en la que explicaban los argumentos que les habían llevado a liderar un recurso contra el Decreto del Gobierno Vasco en el que se establece un nuevo estatuto para la regulación de las Clases de Religión en el Bachillerato:
“Estas son las razones por las que mantenemos nuestra posición:
1. Fundados en dictámenes jurídicos sólidos y acreditados, los Obispos de la CAV estimamos que el nuevo estatuto de la clase de Religión en el Bachillerato contraviene el texto y el espíritu de un Pacto Internacional al que el Gobierno de Vitoria debe atenerse: los Acuerdos entre la Santa Sede y el Estado. En ellos se estipula que “el hecho de recibir o no la enseñanza religiosa no suponga discriminación alguna en la actividad escolar” (art. 2). Es claro que la carga académica mayor para los que eligen la clase de Religión frente a los que no la eligen constituye, en el ambiente y mentalidad escolares, una discriminación real.
2. El Decreto ignora dos sentencias del Tribunal Supremo que establecen que la ausencia de actividades alternativas supone “una penalización de la Religión y un motivo disuasorio en contra” de su elección. (Sentencia del 1 de abril de 1998).
3. La transmisión de valores a las jóvenes generaciones es una necesaria prioridad de la Escuela. Su cumplimiento se ha vuelto especialmente difícil en nuestro tiempo. El Consejo de Europa hace notar que los valores mantenidos por este organismo se derivan de los valores de la Religión Cristiana (cfr. Recomendación 1720 del año 2005, art.12). En efecto, la Religión Cristiana es un manantial saludable de valores y una fuente de motivos de peso para vivir y convivir. Todo lo que contribuye a devaluar la Religión a los ojos de los alumnos y la sociedad debilita tales valores y motivos. Es evidente que la falta de alternativa devalúa la Religión ante ellos.
4. El Parlamento Europeo aconseja a los Estados miembros que procuren potenciar la enseñanza de la Religión Cristiana, a la que consideran una de las claves principales para comprender nuestro mundo europeo. Una “sociedad del conocimiento” no puede olvidar algo tan fundamental. En sintonía con estas orientaciones, diversos países europeos han arbitrado, también para los cursos equivalentes al Bachillerato, una oferta escolar más amplia que la nuestra. No acabamos de explicarnos por qué en nuestra Comunidad Autónoma se sigue una dirección contrapuesta.”

En los últimos años las Delegaciones de Enseñanza de los tres obispados han enviado a las parroquias y a los centros escolares comunicados en favor de la clase de Religión, animando a los padres a elegir libremente y solicitar en sus respectivos centros educativos esta asignatura para sus hijos. Y recordando que las Administraciones educativas deberán garantizar que al inicio del curso, los padres o tutores de los alumnos y alumnas menores de edad, o bien los mismos alumnos mayores de edad, puedan manifestar su voluntad de recibir o no recibir enseñanzas de religión. Al mismo tiempo, los centros deberán disponer de las medidas organizativas necesarias para que quienes no hayan optado por cursar enseñanzas de religión reciban la debida atención educativa.

No parece que en los últimos años se haya avanzado nada en el tema de la clase de religión, lo que permite que resulte ser un tema recurrente en ciertas épocas del curso. No obstante a lo largo de estos últimos años se ha podido recoger un elenco de reflexiones que podrían constituir el dossier para quienes desde su labor política y legislativa quisieran zanjar esta cuestión de manera seria, justa y razonable.


Non Solum Sed Etiam …

A veces a uno le queda la sensación de que el problema de todo lo que tiene que ver con el hecho religioso y la convivencia social no es algo que se plantee desde las filas del ateísmo o desde el agnosticismo, o desde opciones religiosas divergentes, sino más bien desde confesos rebotados, y más abundantemente entre bautizados rebotados, algunos con un pasado militante, y que en su particular “evolución religiosa” han creado sus propios dioses, inventado sus propios dogmas y desde puestos de poder o de influencia han decidido arremeter, a veces de manera muy beligerante, contra su propio pasado y todo lo que a sus ojos pudiera representarlo.

O dicho de otro modo el que es creyente convencido y libre de cualquier fundamentalismo, desde cualquiera de las religiones reconocidas como tales, es capaz de convivir con el prójimo que cree de otra manera sin mayor problema. Algunos son capaces hasta de rezar juntos; quien desde la reflexión ha llegado al ateísmo o al agnosticismo militante puede que sea crítico con quienes condicionan su vida a la existencia de un Absoluto, pero, por lo general, no son beligerantes y mucho menos fuente de conflicto para una convivencia pacífica, aunque sí gustan del debate permanente. Son otros quienes trasladan el conflicto a la sociedad. Me atrevería a decir que quienes trasladan a la sociedad el debate de un supuesto conflicto de convivencia en lo religioso son precisamente aquellos a quienes la cuestión les afecta de manera visceral y patológica o a quienes el tema menos les preocupa y lo utilizan como cortina de humo o cebo oportunista desde planteamientos partidistas.

Sinceramente creo que son personas que podrían responder a este perfil las que se implican en los colectivos más beligerantes con este tema. No nos engañemos, en este país muchas de las entidades que presumen en su denominación de representar a una gran masa social en realidad esa representación es solo nominal y no efectiva, y su discurso representa solo a los miembros afiliados de ese colectivo, y a veces no a todos, o solo a su cúpula dirigente. Me cuesta creer, por ejemplo, que en la Confederación de madres y padres de la Escuela Pública Vasca, EHIGE, se sientan representados TOOOODOS los progenitores de los alumnos de la Escuela Pública Vasca, y los postulados de EHIGE sean compartidos por toooodos los padres y madres de la Escuela Pública Vasca.

Por lo tanto en este tema de la asignatura de religión, y por extensión, en otros también, los posicionamientos de entidades que dicen representar a colectivos amplios deberíamos mirarlos con, al menos, cautela y distancia crítica.

Si se analizan las campañas en contra de la Clase de Religión al final se percibe un rechazo visceral sobre lo religioso y en aras de oponerse a un adoctrinamiento particular, introducir desde la simple postura “otras doctrinas”. Resulta paradójico también como se denuncian posibles manipulaciones de adoctrinamiento religioso y no se dice nada de los posibles adoctrinamientos políticos, que a la postre también son ideológicos, y que se han detectado desde el discurso de los docentes hasta el material escolar. Y salvo aquellos que adolezcan de fundamentalismos, el resto de personas creo que está, al menos en teoría, en contra de los adoctrinamientos, pero a favor de una sana y completa formación que incluya el conocimiento y estudio del hecho religioso como componente de la Historia y el devenir del Ser Humano desde sus orígenes.

Es sintomático también que empiecen a crearse algunos órganos consultivos, me refiero al Consejo Asesor de diversidad Religiosa de Cataluña, (menos es nada) para ayudar a la administración pública a analizar las cuestiones relacionadas con el hecho religioso y la convivencia social. Ese sí es un buen paso, esperemos que cunda el ejemplo de Cataluña. Con iniciativas de este pelo quizá resulte más fácil llegar a un acuerdo sobre la clase de religión/es (o del hecho religioso, o de cómo se tenga que llamar) y el valor que esta puede aportar en su inclusión en el diseño curricular de la educación que queremos para nuestras futuras generaciones. ¡Y qué narices! Que el estudio de la religión y de las religiones es una ciencia y como tal, también, hay que considerarla en un planteamiento educativo.

Por lo tanto el “a dónde vamos” en esta materia de la Clase de Religión va a depender mucho de que quienes tengan en sus manos regular para todos este tema partan sin prejuicios personales, sin visceralidades filosófico-religiosas, y aborden la cuestión buscando lo mejor para todos y valorando los componentes sociales, académicos, culturales y religiosos que conllevan esta materia educativa.

Creo que el ser humano desde su misma condición está llamado a enfrentarse en algún momento de su vida a la presencia o el rechazo de un Absoluto en su historia particular, por lo que toda información que podamos aportarle debe ser ofertada. Porque la libertad, incluida la de creer o no en Dios, ha de partir del conocimiento. Nadie puede elegir ni rechazar algo de lo que no conoce su existencia, y nos guste o no, Dios (en sus diversas manifestaciones y denominaciones) ha estado presente en la Historia de la Humanidad (de forma real o imaginada, allá cada cual quiera entenderlo) desde El Principio. De eso precisamente va la Clase de Religión.

Txenti 5 de abril de 2011
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