a cuál de esos grupos humanos perteneces en esta noche santa

Noche de Navidad –A  -    Lc 2,1-14    24 de diciembre 2022

¿Qué nos dic[1]e Mons. Romero a partir del Evangelio de este domingo? 

"Hermanos, esta es la llamada de Dios en esta noche.  Cómo quisiera yo ir acercándome a cada corazón para preguntarle a cuál de esos grupos humanos perteneces en esta noche santa: ¿a los que se oponen a Dios y siembran tinieblas en la tierra?, ¿a los que, desconociendo a Cristo, le sirven sin saberlo de instrumento de su reino, como el emperador y los grandes en tiempos de Cristo?  Ojalá sean, más bien del tercer grupo, el de la Virgen, el de los pastores obedientes, el de los que acuden al llamamiento del Señor. Nosotros, los cristianos, tomemos conciencia en esta noche que Cristo no nació  hace veinte siglos; Cristo está naciendo hoy en nuestro pueblo, en nuestro corazón, en la medida en que  cada  cristianos trate de vivir a integridad el Evangelio, la vida cristiana, las consignas de la Iglesia verdadera de Dios; en esa medida, cada uno de nosotros es como el apóstol, es como María, es como el pastor que da gloria a Dios, canta la alegría de haber conocido a Cristo y trata de llevar esa noticia a otros, como los pastorcitos de Belén.  Para esto es necesario  convertirse sinceramente a Cristo, convertirse al amor que nos visita, hacer eco de la bondad infinita de Dios que nos trae la redención; no rechazarla, no ser tiniebla, ser corazón abierto, como un cuna, para que naca Cristo en cada alma esta noche y desde entonces se inunde de luz cada corazón para cantar con los ángeles el anuncio que tenemos que llevar todos los hombres, a toda la sociedad, a toda la patria: “Os ha nacido un Salvador ".

Durante la homilía de Nochebuena, Monseñor Romero se dirige a los presentes en la catedral y a los que le escuchan por radio. Se atreve a preguntarles (¡y también a nosotros hoy!) a qué grupo pertenecen. 

Un primer grupo está formado por los que se oponen a Dios y siembran la oscuridad en la tierra.  Los dos aspectos están aparentemente vinculados: los que se oponen a Dios (de la Vida, de la Liberación,...) siembran la oscuridad y la miseria en la tierra; y también a la inversa, los responsables de la destrucción del planeta, los responsables de la pobreza, el hambre y la miseria de los demás, de la guerra, están en oposición a Dios, aunque aparezcan en los rituales religiosos.   Incluso hoy en día, sabemos de líderes religiosos (incluso cristianos) que aprueban y apoyan la guerra y la destrucción vestidos con túnicas litúrgicas.   Lastimosamente vemos ahí el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa.

Un segundo grupo está formado por "los que, sin conocer a Cristo, le sirven como instrumento de su reino".   La lectura bíblica de la historia interpreta a veces que ciertas figuras que no son en absoluto religiosas judías o cristianas contribuyen con sus acciones al reino de la justicia y la paz.  Entre las personas con otras creencias o sin vivencia religiosa hay quienes hacen todo lo posible por trabajar por un mundo mejor, más habitable, por más humanidad, por aliviar (y curar) el sufrimiento de la gente, que arriesgan su vida para liberar a otros de la injusticia y la explotación.  Gandhi por ejemplo, fue una de esas figuras. 

El tercer grupo, que incluye a María, José y los pastores, se refiere a las personas que "acuden a la llamada del Señor".  Esto implica vivir según el Evangelio.  Monseñor Romero dice "en la medida en que cada uno de nosotros trate de vivir cristianamente con integridad". Pero para ello se requiere una conversión permanente. El reto es ser un eco de esa bondad infinita de Dios que nos trae la salvación.  Esa inmensa bondad divina nos llega en el nacimiento de Jesús. Ese acontecimiento de hace 2.000 años lo conmemoramos hoy como un nuevo acontecimiento.  Jesús -esa bondad infinita de Dios- puede nacer en nuestros corazones abiertos para que podamos anunciar con alegría que ha nacido el Salvador de Dios.  La verdad de ese canto de alegría se pondrá a prueba en nuestro modo de vida, en nuestras prioridades, en nuestro hacer.  La liturgia de Nochebuena o la del día de Navidad no son una piedra de toque, ni un eco de la bondad infinita de Dios. Sin embargo, pueden animarnos a vivir de tal manera que esa bondad se haga visible en nuestras vidas.

De todos modos, tenemos que revisar todo esto.  Se es creyente cuando se escucha a Dios: acudir a la llamada de Dios. Ese es el "Escucha Israel" del Antiguo Testamento.  Pero Jesús mismo experimentó y dijo claramente, las primeras iglesias lo atestiguan, que no basta con escuchar, que también hay que vivir su mensaje del Reino de Dios en la práctica, si se quiere ser su seguidor.  Afortunadamente, la organización eclesial y social de la "cristiandad" se desmorona cada vez más.  Toda (in)posible presión social para estar presente en el culto y los ritos de la iglesia ha desaparecido prácticamente.  Sin embargo, todavía vemos muchas prácticas culturalmente religiosas en las que la gente participa tradicionalmente sin ningún deseo de ser (conscientemente) discípulos de Jesús.  La llamada de Monseñor Romero a "escuchar a Dios" sigue siendo un reto.  Hoy necesitas mucho valor para escucharle, es decir, para seguir a Jesús, hablar como Él y actuar como Él. Si lo haces, destacarás en la sociedad, establecerás otras prioridades en tu vida, dejarás de hacer algunas cosas (aunque no sean malas en sí mismas), gestionarás tus ingresos de forma diferente y la solidaridad con las personas vulnerables y perjudicadas se convertirá en lo más importante.  Ahí empiezas a experimentar tu felicidad.

Cuando intentamos hacerlo, nos convertimos -aunque sea de forma limitada- en ecos de la bondad sin límites de Dios.  Entonces nos convertimos en enviados de Dios en salvación, curación, redención, liberación, ... para las personas que nos rodean y - junto con otros - también para las personas lejanas.   En Navidad se dice y se canta que nos nace el Salvador de Dios.  Volverá a haber nacimientos (los belén tradicionales) con imágenes navideñas y luces, una vela aquí y allá, ángeles y pastores, con arbolitos navideños, y pronto también los tres reyes magos de Oriente.  Música navideña en la radio, conciertos de Navidad,....  Fiestas y comidas de Navidad, regalos de Navidad,..... 

Seamos eco de la bondad inmensa de Dios.  FELIZ NAVIDAD.

Algunas preguntas para nuestra reflexión y acción personal y comunitaria.

  1. ¿Qué queremos decir con nuestro canto de que "nos ha nacido el Salvador"?
  2. ¿Cómo ve la gente, a través de nuestros actos, nuestro hablar y nuestro silencio, que escuchamos a Dios, Padre-Madre de "todos" los hombres? ¿Oyen y ven en nosotros ese "eco de la bondad radical de Dios"?
  3. ¿Qué podemos hacer este año para que nuestra forma de celebrar la Navidad sea, sin embargo, diferente de lo que suele y tradicionalmente ocurre en nuestro entorno?

[1] Homilía durante la eucaristía de la noche de Navidad. Ciclo A.  24 de diciembre de 1977.

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