Acción de gracias

Acción de gracias, Ives

¡Feliz lunes! De nuevo empezamos otra semana y esperemos que en esta nos vaya algo mejor que la anterior o, con lo que está cayendo, que sea igual que la anterior. La música de hoy es una buena acción de gracias hacia Dios, que siempre nos da lo mejor para nosotros a pesar de que no siempre sepamos apreciarlo.

Charles Ives

De vez en cuando aparece por aquí Charles Ives (1874-1954), compositor estadounidense nacido en Danbury. Sus habilidades musicales se desarrollaron desde pequeño y con doce años tocaba el órgano en la iglesia presbiteriana de su localidad natal. En 1894 entró en Yale para estudiar música pero sus experimentalismos no eran demasiado aceptados. Poco a poco fue aprendiendo a componer casi por su cuenta. El estilo que se fue fabricando poco a poco era cada vez más peculiar, disonante y politonal. Sin embargo, no solo se dedicó a la música puesto que en 1902 fundó, junto con un amigo, una compañía de seguros en Manhattan, algo en lo que tuvo bastante éxito. A pesar de todo no dejaba de componer y sus grandes sinfonías vieron la luz y gustaron bastante al público, a pesar de que la crítica no siempre fue complaciente con él.

Entre 1897 y 1913 completó su llamada A Symphony: New England Holidays, algo así como «Una sinfonía: vacaciones en Nueva Inglaterra». Son piezas separadas y juntó cuatro en forma de sinfonía, aunque para nada estaban pensadas como un todo. El cuarto movimiento se titula Thanksgiving («Acción de gracias») y es el que vamos a escuchar. El propio Ives dice que describe algo así como la severidad, la fuerza y la austeridad del carácter puritano. Hace uso de una increíble textura politonal. Cuando la música parece que alcanza el clímax, Ives tiene la genialidad de introducir un coro: «Oh Dios, guiados por tu mano nuestros padres cruzaron el mar y, cuando pisaron la orilla invernal, te alabaron con oraciones y salmos».

La interpretación es de la Orquesta Filarmónica de Nueva York dirigida por Leonard Bernstein.

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