¡Feliz martes! A veces hay maestros que son (injustamente) más desconocidos y nos sorprenden con maravillas como la de hoy. Algunos de ellos fueron importantes en su tiempo pero el discurrir del tiempo ha hecho que se desvanezcan poco a poco. Sin embargo, su música s está recuperando y están viniendo a la luz grandes joyas. Vamos a disfrutar de este bombón para hoy.

Hoy tenemos con nosotros a Christopher Tye (h. 1505-1572/73), compositor británico del que no se conoce su lugar de nacimiento. Fue un innovador en cuanto a un estilo que luego perfeccionarían otros como Tallis, Byrd o Gibbons. Parece ser que en 1536 era bachiller en música, por lo que adquirió una buen experiencia en la materia. En los alrededores de 1541 fue maestro de coro y organista de la catedral de Ely y era doctor en música tanto por Oxford como por Cambridge, ¡nada menos! Parece que sirvió para la corte, posiblemente como tutor de música de Eduardo VI y en 1560 fue ordenado sacerdote. Vivió en esa época de cambio entre la liturgia romana y la anglicana, por lo que mucha de su obra en latín está incompleta. Sus composiciones en inglés sirvieron para asentar el estilo anglicano de una forma casi definitiva.

Disfrutemos de su breve motete titulado Laudate nomen Domini. Encontramos la pieza en una fuente de 1553, en la que aparece una musicalización de los Hechos de los Apóstoles por parte de Tye. Este motete corresponde al capítulo 4 según esa versión del propio Tye, a pesar de que el texto parece ser una paráfrasis del salmo 112. La composición es principalmente homofónica y las notas casi se limitan a cada sílaba del texto, algo que era lo deseable en la época, ya que se pedía que no hubiese demasiadas florituras.

La partitura de la pieza puede descargarse aquí.

La interpretación es del Coro del King's College dirigido por Stephen Cleobury.