Alabemos a Dios

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¡Feliz miércoles! Ayer disfrutábamos de música italiana y hoy nos vamos a quedar otra vez en ese país para escuchar música de una índole distinta. El maestro de hoy es quizá más recordado por su obra profana; hoy vamos a conocer otra faceta suya.

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Nos visita hoy Adriano Banchieri (1568-1634), compositor italiano nacido en Bolonia, lugar donde también murió. Su nombre original era Tomaso y fue llamado Adriano cuando entró en el noviciado en un monasterio benedictino en 1589. Estudió con Gioseffo Guami y tuvo puestos en los monasterios e iglesias de Lucca, Imola, Venecia y Verona. En 1610 participó en las ceremonias de canonización de san Carlos Borromeo. En 1615 fundó una academia de música a la que se unió Monteverdi cinco años más tarde. Aunque su producción casi se divide a partes iguales en música religiosa y profana, hoy día puede que se más conocido por sus canzonas así como de tratados teóricos, como uno sobre el acompañamiento del bajo figurado, los ornamentos vocales. También Banchieri introdujo en la notación musical algunos elementos que incluso se conservan hoy día.

Escuchemos su motete Jubilate Deo a cuatro voces. Las voces empiezan imitándose por pares: soprano con tenor y alto con bajo. El movimiento no deja de ser intenso y las voces tienen una ebullición interna muy especial. La alegría pascual está totalmente presente desde el principio de la pieza y el gozo de servir al Señor (con alegría también) está perfectamente reflejado en la musica, ya que Banchieri está atento al sentido del texto para reflejarlo en la música.

La partitura de la composición puede descargarse aquí.

La interpretación es de Sine Nomine.

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