Alma Redemptoris Mater

Alma Redemptoris Mater, Heinichen

¡Feliz sábado! Último sábado del mes de enero, duro y complicado donde los haya, con una cuesta empinadísima. Para dar un empujón a este día traigo una música bella, de un maestro puntero en su tiempo pero que hoy día no tiene todo el lugar que merecería. El próximo 2 de febrero la liturgia prescribe otra antífona mariana, por lo que vamos a escuchar por última vez la que toca en este día.

J. D. Heinichen

Se trata de Johann David Heinichen (1683-1729), compositor alemán nacido en Krössuln. Durante su tiempo fue muy respetado como compositor y como teórico de la música. Se dice que, con menos de doce años, ya componía e interpretaba música en los templos locales. En 1695 se marchó a estudiar a Leipzig con Kuhnau, a la vez que se graduaba en leyes aunque fue la música la que finalmente triunfó en su vida. Decidió aprender cómo componer una música italiana, por lo que en 1710 se marchó a Venecia, donde conocí a Vivaldi y absorbió rápidamente el estilo italiano. Su fama hizo que el príncipe-elector de Sajonia, Augusto II, lo llamase a Dresde para trabajar para él, lugar en el que estuvo durante el resto de su día. Escribió conciertos, una ópera y diversos tipos de música instrumental y religiosa.

Escuchemos su Alma Redemptoris Mater, S. 22, antífona mariana compuesta en 1726. Es posible que fuese compuesta para la solemnidad de la Inmaculada, 8 de diciembre, día que también era el cumpleaños de la princesa María Josefa. Heinichen compone una obra sutil y llena de encanto, para voz de alto sola y con un dulce acompañamiento de las flautas, muy propio del texto de la antífona, en el que se le pide a la Virgen que ruegue por nosotros. El estilo italiano es bastante evidente en esta pequeña obra casi en forma de cantata que tiene un sabor muy delicado, siendo una verdadera filigrana en manos de este gran maestro alemán.

La partitura, original, de la composición puede descargarse aquí.

La interpretación es de Jakub Józef Orliński (contratenor) e Il Pomo D'oro dirigido por Maxim Emelyanychev.

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