Babel

Babel, Stravinski

¡Feliz martes! Cómo debió ser ese momento en el que tantas lenguas se encontrasen y se escuchasen en esa imaginaria torre de Babel que nos relata el libro del Génesis. Un poco sobre esto versa la composición de hoy, de uno de los grandes del pasado siglo XX.

Ígor Stravinski

Es Ígor Stravinski (1882-1971), compositor ruso nacido en Orarienbaum. Como en el caso de muchos maestros, su fama se tal gracias a unas cuantas obras (¡y qué obras!). Una de ellas es la fundamental La Consagración de la Primavera, con sus ritmos siempre cambiantes, su rica orquestación y su armonía disonante. A partir de ahí, sus composiciones ya no fueron tan famosas (La Consagración fue un verdadero escándalo en día que se estrenó) aunque esa fue un antes y un después en la historia. Siempre rechazó la idea alemana de un desarrollo a base de temas. Desde el principio adoptó un aproximación digamos que escultural a la música, en la que cualquier sonido tiene la misma importancia dentro de la estructura a gran escala de la composición. Muchas de sus obras tienden a un efecto ritual, lleno de una potencia que podemos calificar de primitiva.

Escuchemos su cantata Babel, para recitador, coro masculino y orquesta, y basada en el libro bíblico del Génesis. Fue compuesta en 1944 mientras el compositor estaba en Hollywood; la idea original de componer algo así se la dio el editor Shilkret, que la concibió como una obra colaborativa, encargándole los movimientos a Schienberg, Castelnuovo-Tedesco, Milhaud, Stravinsky y el propio Shilkret. Nuestro ruso de hoy escribió una gran passacaaglia dividida en cuatro grandes secciones. La primera es un tranquilo Largo con el narrador y las cuerdas aportando el sustrato bajo. Entra el coro pronunciando el nombre de Dios (era reacio a que lo dijese una sola voz). El tempo se hace más rápido hasta que la tranquilidad regresa a la cuarta sección, a modo de arco con la primera.

La interpretación es de Dietrich Fischer-Dieskau (barítono) y la Orquesta y el Coro de la Radio de Stuttrgart dirigido por Gary Bertini.

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