Bach, El Clave Bien Temperado (Libro II, parte 1)

Bach, El Clave Bien Temperado (Libro II, parte 1)

¡Feliz domingo! Seguimos recorriendo esta magna obra. Puesto que está dividida en dos libros los estamos escuchando por mitades, echaremos un mes para disfrutarla como debe. Merece la pena porque es una obra inmensa y, como he repetido, está llena de toda la sabiduría de Bach con respecto al contrapunto y a la fuga. Se puede acceder a ella escuchándola entera (yo lo suelo hacer de un tirón) o a pequeños sorbos.

J. S. Bach

Seguimos recorriendo el camino vital de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. Cuando Bach fue a Arnstadt a probar el nuevo órgano construido por Wender, causó tanta sensación que fue contratado como organista de la Neukirche. Esto ocurrió en agosto de 1703 y el acuerdo se tomó mediante «un apretón de manos». Literalmente, se le requería que fuese «diligente y responsable en su oficio, en su vocación y en la práctica del arte y la ciencia». Para su alegría, por primera vez en su vida tenía a su disposición un órgano nuevo con el que podía desarrollar plenamente su arte; ese instrumento se conserva actualmente con algunas partes originales de Wender. Sabemos que el templo usaba también un operador de fuelles, Michael Ernst Frobenius, al que el propio Bach podría pagar cuando necesitase de sus servicios de forma extraordinaria.

Vamos hoy con la primera parte del libro II de El Clave Bien Temperado, BWV 870-881. Este segundo libro fue completado en 1742 y la idea era que sirviese de complemento al primer libro, en vez de ser un sustituto suyo. Aquí Bach ha ampliado la dificultad y la estructura de la obra se ha hecho más compleja, siempre en movimiento y siempre buscando un cambio, como una especia de reinvención continua. Ahora los preludios hacen un estudio más profundo de formas relacionadas con los aires italianos que nos recuerdan las obras de Domenico Scarlatti. Las fugas presentan una composición más formal si cabe. Ese estilo experimentador del maestro, que no lo abandonó durante toda su vida, es llevado hasta casi el extremo, consiguiendo verdaderas miniaturas maestras.

La partitura de la obra puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Ton Koopman al clave.

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