Bach-Fyer, sarabanda BWV 1012
¡Feliz domingo! Seguimos escuchando las composiciones de Bach transcritas para instrumentos que no eran los originales. Actualmente, estamos inmersos en diversas transcripciones para piano de piezas suyas para órgano, de cantatas o de conciertos.
Vamos con la obra de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. Johann Adolph Scheibe, contemporáneo suyo, escribió: «Realmente es el más distinguido entre los músicos. Es un extraordinario intérprete, tanto del clave como del órgano y actualmente solo hay uno [Handel] que le haga sombra. Su destreza tocando es impresionante y no sabe uno cómo es posible que mueva sus manos y sus pies de una forma tan excepcional, ni cómo consigue los saltos más amplios sin equivocarse en una sola nota y sin movimientos violentos que desfiguren el cuerpo. Sería una maravilla para todos si tuviese un estilo más complaciente y si no llenase sus composiciones de grandilocuencias, laberintos, y por un exceso de arte que oculte su belleza. Comos se basa en sus propios dedos, sus piezas son temiblemente difíciles de tocar puesto que espera que cantantes e instrumentistas consigan con sus gargantas e instrumentos lo que él es capaz de hacer al teclado».
Una de esas obras llenas de complejidades técnicas es su Suite para violonchelo solo n.º en re mayor, BWV 1012. Fue compuesta entre 1717 y 1723 cuando trabajaba como maestro de capilla en Cöthen, quizá para que fuese tocada por Christian Linigke o Christian Abel. De esta suite vamos a escuchar su Sarabande, con un claro carácter bucólico y meditativo, escrita en compás ternario. Es difícil de tocar al chelo puesto que hace uso de dobles cuerdas. Son famosas también las distintas sextas de las que se vale el maestro alemán para regalarnos una de sus piezas más memorables. Vamos a escucharla en una versión para piano de Herbert Fryer (1877-1957).
La interpretación es de Jonathan Plowright al piano.