¡Feliz domingo! Los corales para órgano de Bach nos producen un especial encanto porque muchos son breves, pero tienen mucha fe concentrada tras esas nostas. Hoy vamos a disfrutar de un ejemplo de esto, aunque no será interpretado en ese instrumento.

Antes vamos con un fragmento de la biografía de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. Una de sus magnas obras finales es la Misa en Si Menor, BWV 232, de la que no se conoce para qué ocasión fue compuesta ni si hubo algún patrón tras ella. Es más, parece ser que antes de 1750 no llegó a interpretarse completa. Ni que decir tiene que la obra representa un testamento de su obra vocal, no solamente por la variedad de estilos usados, sino también por la técnica tan depurada que requiere la composición. El uso tanto del antiguo como del nuevo estilo es bastante amplio y, al igual que la doctrina teológica ha sobrevivido a lo largo de los siglos en las palabras de la misa, la creación de Bach es su propio credo que el compositor legó para la posteriodad.

El coral que vamos a escuchar hoy es Ich ruf zu dir, Herr Jesu Christ, BWV 639. Escuchamos cómo Bach establece el cantus firmus entre diversas capas de contrapunto. Esto no es solamente algo musical, sino que tiene un carácter teológico: las notas largas del canto llano representan la presencia de Dios, mientras el género humano se expresa en su diversisdad. En este caso, son las semicorcheas las que se encargan de poner contrapunto, a la vez cargado de esperanza y de misterio. Vamos a escucharlo en la versión de Johana Harris (1912-1995), fue esposa del compositor Roy Harris. Su nombre original era Beula, pero su marido la convenció de que se cambiase el nombre a Johanna en homenaje a Johann Sebastian Bach.

La interpretación es de Johana Harris al piano.