Bach-Kabalevsky, tocata y fuga BWV 538
¡Feliz domingo! La música de Bach es tan maravillosa que casi suena perfecta se interprete como se interprete. Ha tenido multitudes de versiones desde que el maestro la concibió, pero aun así nos sigue maravillando.
Seguimos por la etapa final de la vida de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido el Eisenach y fallecido en Leipzig. Justo dejamos la biografía cuando murió en esa localidad. Se dice que la operación de Taylor dañó sus ojos, pero el tratamiento posterior terminó minando su salud general, contribuyendo a ello su diabetes. Los dos médicos que lo antendieron inmediatamente fueron incapaces de mejorar su estado. Su confesor de siempre, Christoph Wolle, archidiácono de Santo Tomás, acudió a su lecho y le administró el sacramento. Durante su última semana de vida se dedicó a retocar el coral BWV 668, cuyo texto era muy adecuado para los momentos que estaba pasando. No es que dictase el coral desde cero (porque ya estaba compuesto), sino que lo retocó para que fuese como una especie de broche de oro.
Vamos a escuchar su Tocata y Fuga en re menor, BWV 538, que tiene el subtítulo de Dórica. Es una música muy compleja y complicada de ser abarcada en una primera escucha. La obra gira en torno a muy breves motivos, con una tocata que parece que está recorrida por un movimiento continuo. Todo surge de ese primer motivo, tan conocido, de forma que Bach va dando contraste creando incluso un diálogo entre los distintos teclados. La fuga también está hecha capa a capa, con un sujeto que tiene esos intervalos y melodías en forma de canon. El calificativo de dórica fue puesto por un famoso editor en 1845, pobablemente porque está en en re menor, pero la armadura no tiene ningún bemol, como en el modo dórico. Hoy vamos a escuchar la versión para piano del famoso compositor ruso Dmitri Kabalevski (1904-1987).