Bach-Sándor, tocata, adagio y fuga, BWV 564

¡Feliz domingo! Con estos calores, la música de Bach siempre es refrescante o por lo menos, hace que nos metamos tanto en ella que se nos olvida casi todo lo demás. Espero que la magna composición de hoy tenga el mismo efecto y, una vez más, nos maraville.

Algunas frases famosas de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach y fallecido en Leipzig. Algunas frases suyas que se han hecho famosas: «La intención y el fin último de toda música no debería ser otra cosa que la gloria de Dios y el descanso del alma». «Me vi obligado a ser diligente. Quienquiera que sea igualmente diligente tendrá igualmente un mismo éxito». «Lo que he conseguido con la diligencia y la práctica puede conseguirlo cualquiera con unos aceptables talento y habilidad natural». «No hay nada reseñable sobre ello. Todo lo que tienes que hacer es pulsar las notas adecuadas en el momento idóneo, y el instrumento hará lo demás». «Mi música no está hecha solo para el oído, sino también para tocar el corazón y elevar el alma a Dios».
La magna obra a la que me refería es Tocata, adagio y fuga en do mayor, BWV 564. Es una composición que recibe una gran influencia de su admirado Dietrich Buxtehude, a quien visitó en 1705 en Lübeck. De hecho, el gran solo de pedal inicial se inspira en la obra BuxWV 137 que, curiosamente, solo conocemos gracias a una copia de Bach. Hay quien dice que el maestro compuso esta obra (me refiero ya a Bach) para ser usada a la hora de probar nuevos órganos, cosa que hacía frecuentemente en Weimar. La tocata es exuberante, llena de fuegos de artificio, y le pone calma el adagio, volviendo la agitación al final del mismo. La fuga final vuelve a ser brillante y llena de ese optimismo que tanto caracteriza a Bach. Vamos a escuchar la obra en la transcripción para piano del pianista húngaro György Sándor (1912-2005).
La interpretación es de György Sándor al piano.