Bach, capricho BWV 993

Bach, Capricho BWV 993

¡Feliz domingo! Una semana más, el paso del tiempo es inexorable, llegamos al fin de esta pero lo hacemos con la siempre profunda obra de Bach, aunque sea en algunas de sus bellas miniaturas. Hoy vamos a disfrutar de una de cierta entidad, quizá algo instalada en el repertorio de los grandes intérpretes de teclado.

J. S. Bach

Vamos a avanzar otro pasito más en la biografía de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach y fallecido en Leipzig. Habíamos dejado al maestro en Hamburgo, en un viaje cuyas circunstancias no se conocen bien. Sí sabemos que estuvo tocando el órgano en la iglesia de Santa Catalina de la localidad, donde fue alabado por todos. Incluso el casi centenario maestro Johan Adam Reincken se rindió a sus pies, apreciando su forma de tocar el órgano. Sabemos que incluso lo invitó luego para hablar más tranquilo con él. Para Bach esta alabanza no fue solamente una frase sino que sirvió para que pudiese comprobar que estaba plenamente establecido en la tradición organística de Alemania. Las autoridades que lo escucharon a los teclados quedaron igualmente maravilladas por su arte.

Escuchemos su Capriccio en mi mayor, BWV 993. En una de las copias lleva el subtítulo in honorem Johann Christoph Bachii. Por qué lleva el nombre de capricho es algo que no se sabe bien porque en realidad es una fuga, aunque excepcionalmente larga y con momentos que recuerdan al violín. Se está tentado a pensar en la obra como una especie de resumen de todo lo que habría aprendido Bach hasta sus veinte años de edad. La estructura general es la del rondó y Bach acude a regiones armónicas remotas y va acumulando tensión en los diversos pasajes. La obra es episódica y termina de una forma brillante en un solemne pasaje con notas pedal.

La partitura de la pieza puede descargarse aquí.

La interpretación es de Giovanni Mazzocchin.

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