¡Feliz domingo! Para este Domingo de Pasión, como suele conocerse popularmente, no vamos a escuchar música religiosa sino profana de ese tipo del que Bach le gustaba tanto regalar. Seguimos con las piezas que son una transcripción de obras italianas, muy del gusto del príncipe de Weimar, para quien trabajaba.

Seguimos con la biografía de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach y fallecido en Leipzig. Es curioso el hecho de que Bach, antes de mudarse a Cöthen, pasó varios días en Leipzig, a donde se trasladaría a vivir tras su paso por la primera ciudad. De nuevo había sido invitado a probar un nuevo órgano. Ello le dio oportunidad de conocer algo la ciudad y, quizá, conocer a Johann Kuhnau, cantor allí y predecesor suyo. Curiosamente, en 1717, el año en cuestión, Bach había puesto fin a su carrera como organista ya que, oficialmente, nunca más tendría ese puesto. Habiendo conocido la grandeza de Dresde y el esplendor de Leipzig no tuvo más elección que marcharse a Cöthen, mucho más modesta, y que sería su refugio tras huir de Weimar.

Escuchemos el Concierto para teclado n.º 9 en sol mayor, BWV 980; para conocerlo, nosotros nos tenemos que quedar en Weimar. Este fue compuesto entre 1713 y 1714 por gusto del príncipe. El de hoy es una adaptación del concierto RV 381 de Vivaldi, publicado en 1716. El primer movimiento tiene una larga sucesión de arpegios, que nos recuerdan a los golpes de arco en el violín. La misma sensación de calidad aparece en el Largo segundo, con un bajo bastante escueto. El tercer Allegro está lleno de fuerza y movimiento, con progresiones a lo largo de los arpegios. Una maravilla bachiana.

La partitura de la composición puede descargarse aquí.

La interpretación es de Robert Hill al clave.