Bach, coral BWV 680



¡Feliz domingo! Espero que estés disfrutando y aprovechando este primer fin de semana de octubre. Si es así, estoy convencido de que con la música de Bach ese disfrute será aún más intenso, a pesar de que escuchemos una obra poco conocida como la de hoy. Digo que es poco conocida porque la gran mayoría de público conoce un par de obra de Bach (de oídas, sin saber que es de él) y no llega a tener conocimiento de estas joyas, lo que es una verdadera pena.



Otra vez más vamos a estar en compañía de Johann Sebastian Bach (1685-1750), maestro alemán nacido en Eisenach. Alguna vez te he contado que Bach, en su época, no pasaba por ser más que un músico local, ¿verdad? La mayor parte de su vida (1685-1717) la pasó en una región alemana llamada Turingia, cuya capital es Erfurt (donde también residió el compositor). Cuando tuvo que mudarse a Köthen cambió de región y pasó a Sajonia, pero esta zona del país está contigua a Turingia, por lo que el movimiento no fue grande. Ahí permaneció hasta su muerte. El viaje más largo, con respecto a sus estancias, es el que hizo desde Ohrdruf hasta Lüneburg (casi 270 kilómetros de distancia en línea recta). No es de extrañar que Bach solo fuese conocido por ese entorno, muy rico culturalmente, pero que no dejaba de ser de ámbito muy localizado. La magia de la música es que el tiempo, que todo lo pone en su sitio, se encargó de poner a Bach en su lugar y ha hecho justicia colocándolo en el olimpo de los músicos universales.

Hoy te traigo el coral «Wir glauben all' an einen Gott», BWV 680. Como otros que estamos escuchando, pertenece a la tercera parte de su «Clavier-Übung». Lo que observamos aquí es un Bach totalmente cómodo con el estilo italiano, y que nos regala un preludio para órgano basado en el credo. Este preludio tiene forma de sonata en trío para dos teclados y pedal, y el ambiente general de la pieza no puede ser más jubiloso. No explora de forma intensa toda la larga melodía coral sino que solo se queda con la primera línea de la melodía de Walther para las famosas palabras de Lutero sobre la fe luterana. Bach elabora aasí un tema exuberante, lleno de ambiente festivo y que con ese chispeo de las semicorcheas nos hace casi sonreír. Poco a poco nos va envolviendo con una fuga que no es sino otra manifestación explícita de la fe.

La partitura de la composición puedes conseguirla aquí.

La interpretación es de Martin Lücker al órgano Rieger de la iglesia de Santa Catalina de Frankfurt.

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