Bach, ejercicio para pedal BWV 598



¡Feliz domingo! Hoy te propongo disfrutar de una curiosa obra de Bach... Bueno, quizá de alguien con apellido Bach porque np las tenemos todas con nosotros de que sea de Johann Sebastian. Puesto que tradicionalmente se le ha atribuido a él y permanece en el catálogo, aquí la tienes. En cualquier caso, tiene todo su estilo, aunque en una obra como la de hoy casi es complicado apreciarlo. La fuerza bachiana está, así como ese continuo virtuosismo que necesitan sus obras.


Un día más vamos a conocer algo sobre la vida de Johann Sebastian Bach (1685-1750), maestro alemán nacido en Eisenach. Precisamente, los chicos que estudiaban en la escuela de latín de esa localidad, a la que asistía Bach cuando era niño, parece ser que eran bastante problemáticos. Pero en Ohrdruf y Lüneburg la cosa era bastante parecida. Los maestros tampoco se quedaban atrás, imponiendo a los discípulos crueles castigos, a veces incluso sádicos. No se puede decir que Bach participase en actos de mala conducta, pero tampoco sería descabellado. Ya en su juventud se cuenta que tuvo un encontronazo callejero con un fagotista de la orquesta juvenil de Arnstadt aunque motivada por este. Cuando el compositor apeló a los tribunales (donde se descubrió que había llamado al intérprete "cabra fagotista") los jueces no lo condenaron pero le urgieron a tomar más el control de sus estudiantes, que iban por las calles formando algaradas. En fin, que Bach tuvo bastante trabajo durante toda su vida.

De Bach se afirmaba que era capaz de ejecutar más rápidamente con el pedal fragmentos que otros tocaban con las manos. Eso afirmaba Constantin Bellermann, llamándolo «milagro de Leipzig». Prueba de ello puede ser este Pedal-Exercitium, BWV 598 que te traigo hoy. Fue anotado por su hijo Carl Philipp Emanuel, pero podría haber sido escrito por un discípulo del maestro en la década de 1730, mientras estaba en Leipzig. La obra, en cualquier caso, se adapta como un guante no solo al ejercicio sino a la exuberancia en el toque. Está formada por acordes desplegados (ya que en el pedan no es fácil ejecutar más de dos notas a la vez) y con sorprendentes momentos cromáticos. Una obra que, sea o no de Bach, es todo un ejercicio de virtuosismos, propio de él.

La partitura de la misma puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Marie-Claire Alain al órgano.

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