¡Feliz domingo! Tenemos muchas obras similares de Bach, que las he agrupado por similitud. Ahora, en este no puente, seguro que se es posible disponer de más tiempo para una escucha tan larga, aunque tampoco tanto porque esas obras, menores en su catálogo aunque merecedoras de atención, tampoco es que sean de gran duración una a una.

Retomemos donde la dejamos la biografía de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. En Weimar fue donde Bach adquirió su extraordinario dominio de los instrumentos de teclado: clave, clavicordio, fortepiano y órgano. Con respecto a este último, hacía un uso bastante intenso del pedal no solo como mero acompañante sino asignándole melodías que él mismo podía interpretar sin problema con los pies pero que, otros mejos hábiles, casi no podían tocar ni con las manos. Conocía como nadie los distintos registros (debido a sus conocimientos en el funcionamiento del instrumento) y los elegía de tal forma que muchos organeros pensaban que era imposible. En fin, Bach fue quien definitivamente impulso el órgano a pleno instrumento de conciertos.

Vamos con las distintas obras.

Fuga en mi menor, BWV 945: posee un sujeto bastante peculiar y está dividida en dos mitades con contrasujetos contrastantes.

Fuga en do mayor, BWV 946: se basa en un tema de Albinoni aunque Bach no despliega un contrapunto demasiado elaborado en la pieza.

Fuga la menor, BWV 947: el manuscrito se ha perdido y solo conocemos esta obra por copias del siglo XIX. Tiene un estilo muy homofónico y el sujeto está acompañado de forma convencional por medio de acordes.

Fuga en re menor, BWV 948: aunque de siempre de ha incluido en su catálogo, parece que es de alguno de sus copistas.

Fuga en la mayor, BWV 949: es una obra bastante audaz, con sorprendentes modulaciones en el sujeto.

Fuga en la mayor BWV 950: también se basa en un tema de Albinoni, con un sujeto muy bien concebido y siguiendo la melodía original de italiano de forma bastante estrecha.

Fuga en si menor, BWV 951: la tercera de la serie que se basa en Albinoni. Es de las pocas obras tempranas que llevan la explícita indicación de que es para clave.

Fuga en do mayor, BWV 952: no se tiene certeza de que sea del maestro.

Fuga en do mayor, BWV 953: parece ser que es un mero esbozo de alguna composición mayor.

Fuga en si bemol, BWV 954: está basada en un tema de Reincken. Tiene una estructura muy rica para ser una obra inicial y podría haber formado parte de un proyecto de transcripción de una sonata de Reincken.

Fuga en si bemol, BWV 955: no se sabe bien quién la compuso aunque sí posee la calidad suficiente para afirmarse que es de Bach.

Fuga en mi menor, BWV 956: solo se conserva en un manuscrito de Kellner, por lo que este pudo ser su autor. Escuchamos bellas armonías napolitanas y un cromatismo muy conseguido.

Fuga en sol mayor, BWV 957: se basa en el coral Machs mit mir, Gott, nach deiner Gütt.

Fuga en la menor, BWV 958: tiene sonidos de inspiración italiana y modulaciones lejanas, casi siempre a tres voces y una cuarta apareciendo muy ocasinalmente.

Fuga en la menor, BWV 959: probablemente sea de un discípulo o admirador suyo.

Fuga en mi menor, BWV 960: recuerda a algunos pasajes de las Suites Inglesas pero parece que no es obra de Bach.

Fuga en do menor, BWV 961: está compuesta en compás de 12/8 por lo que, unido al sujeto, nos indica que tiene forma de gigue.

Fugato en mi menor, BWV 962: parece ser que hoy día se sabe que fue compuesto por Johann Georg Albrechtsberger.

Las interpretaciones son: Bernard Foucroulle al órgano (BWV 945), Robert Hill al clave (BWV 946-957), Justin Taylor al clave (BWV 958), Aapo Häkkinen al clave (BWV 959), Andrea Padova al piano (BWV 960) y Maria Tipo al piano (BWV 961-962).