¡Feliz domingo! Llega el domingo y aquí es el momento de disfrutar de la música de Bach, siempre tan profunda y que siempre nos cae tan bien porque, la verdad sea dicha, la música del maestro de Eisenach viene bien la escuchemos cuando la escuchemos, porque nos alegra y nos permite escudriñar en nuestro interior. La maravilla es que esto lo consigue tanto con su música religiosa como con la profana.

De nuevo, conozcamos algo más de la biografía de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach y fallecido en Leipzig. Lo teníamos en Ohrdruf con su hermano, adonde llegó en 1685. Este se había casado un año antes y en su boda interpretó música nada menos que Johann Pachelbel, amigo de la familia. El pequeño Sebastian tuvo que retomar sus estudios y se matriculó en el Lyceum Illustre Gleichense de la localidad, prestigiosa institución la que incluso acudían a estudiar de fuera. El alumno acabó los estudios antes que los compañeros de su misma edad, algo sin precedentes incluso en la propia familia. Cantaba en el coro de la escuela, dirigido por Elias Herda. También participaba en las llamadas Currende, que era un pequeño conjunto que cantaba por las calles. Ello permitía que Sebastian contribuyese con unos pequeños ingresos para el hogar familiar.

Disfrutemos de su Partita para clave n.º 3 en la menor, BWV 827. Fue compuesta probablemente en 1725 y no es sino, como las otras, una suite de danzas. Aquí es muy probable que siguiente la estela de su predecesor en Santo Tomás, Johann Kuhnau, quien también compuso este tipo de obras. Se inicia la suite con una Fantasía, que es un movimiento extremadamente complejo a la vez que lleno de fuerza y garra bachianas. Le sigue una elegante Allemande y a ella una Corrente llena de ese contrapunto tan suyo y esos ritmos tan atractivos. El punto sereno viene con la Sarabande y un trío especialmente bello y sentido. Nos llega ahora un inusual movimiento llamado Burlesca (un minueto en una versión anterior) y luego un Scherzo, que suenan casi en continuidad y arrastran toda la energía a la Gigue final en forma fugada.

La partitura de la composición puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Scott Ross al clave.