Bach, partita para violín BWV 1002
¡Feliz domingo! Estas obras para violín que empezamos a escuchar la semana pasada son verdaderos monumentos musicales, al mismo nivel que esas grandes catedrales y otros edificios. Son una piedra de toque para cualquier violinista y requieren de una técnica y una madurez que no son nada fáciles de conseguir.
Vamos, como cada domingo, con la biografía de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. «Leipzig, 29 de mayo de 1723. El pasado sábado, a mediodía, cuatro carromatos cargados con cosas del hogar llegaron aquí desde Cöthen. Pertenecían al anterior maestro de capilla del príncipe allí y que ha sido contratado en Leipzig como Cantor Figuralis. Él mismo llegó con su familia en dos carruajes a las dos en punto y se trasladó a su recién renovado alojamiento en la Escuela de Santo Tomás». Así figuraba en periódicos de Hamburgo la noticia del nombramiento de Bach en Leipzig; por tanto, dejaba de ser un acontecimiento meramente local. El puesto oficial era de Cantor et Director Musices y lo obligaba a ser cantor de la escuela de Santo Tomás y director de la música de los cuatro templos de la localidad. En ese «famoso hombre» recaían las expectativas de renovar la vida musical de Leipzig.
Escuchemos la Partita para violín solo en si menor, BWV 1002. De las tres quizá sea la que presente unos movimientos de danza algo mirando más al pasado. Tiene cuatro pares de movimientos, cada uno con su variación, en forma de sonata da chiesa. Se abre con una Allemanda lenta, casi de carácter improvisatorio; le sigue con una variación más rápida. Viene luego la Correnta, rápida, en compás ternario y subiendo y bajando la escala. Su variación está marcada como «Presto». El todo se serena con la Sarabande, expresiva y con una variación (como todas) en un tempo más rápido. Termina con un Tempo di Borea en un compás de 2/4 que parece de 2/2. La variación es de nuevo más rápida y está escrita casi en un movimiento sin fin.
La partitura de la obra puede descargarse aquí.
La interpretación es de Shunske Sato al violín.