¡Feliz domingo! En este día Bach en este humilde blog vamos a seguir disfrutando de sus obras para flauta, que son las que ahora nos ocupan. Probablemente no se encuentren entre sus más famosas pero, a pesar de las dudas de su autoría, merece la pena su escucha.

Vamos, pues, con algo relacionad con Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach y fallecido en Leipzig. En todo el mundo existen diversas sociedades Bach, algunas de mucho prestigio. Es posible que la más antigua esa la de Holanda. La de Estados Unidos fue fundada en 1972 y la de Londres es anterior puesto que su año de creación es 1946. En Madrid hay una sociedad Bach que con un coro especialmente importante. Es normal que a lo largo y ancho de la tierra nos encontramos con grupos que se dedican de forma especialmente intensa al estudio y la difusión de la obra del maestro. Es muy destacable la labor de la pionera holandesa, que está grabando para ofrecer de forma gratuita las composiciones del maestro en versiones de una grandísima calidad y que terminan siendo referenciales.

Vamos a escuchar la Sonata para flauta y continuo en mi menor, BWV 1034. Es una obra que está dedicada al flautista de Potsdam Michael Gabriel Fredersdorff, empleado de ese otro gran flautista que fue el rey Federico II de Prusia. Todo ello según un manuscrito que no es de la mano de Bach. La sonata se divide en cuatro movimientos, en forma de sonata da chiesa. El primero es un Adagio ma non tanto con una melodía algo obsesiva que parece ser divide en fragmentos de dos notas. Aparece luego un Allegro, con una fluyente melodía sobre la figura descendente del bajo. Al tercer Andante se abre con una extensa introducción del continuo y luego entra la flauta con una melodía espaciosa. Termina con un Allegro en una forma algo oscura y rápida, en un aire muy parecido al de la bourrée llena de energía.

La partitura de la pieza puede descargarse aquí.

La interpretación es de Michala Petri (flauta dulce), Hille Perl (viola de gamba) y Mahan Esfahani (clave).