Bach, sonata para violín BWV 1003
¡Feliz domingo! Llegamos otra vez a ese día isla en el que disfrutamos con tranquilidad de la música del grandísimo Johann Sebastian Bach. Además, estas obras para violín solo que ahora nos ocupan son muy dadas a eso porque son verdaderos monumentos. Hoy es el momento de disfrutar de otro más (¡y los que todavía quedan!).
De nuevo vamos a dar un pasito por la biografía de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. Cuando llegó a Leipzig se encontró con una vida cultural intensa y una musical no menos efervescente. El centro de todo eran las actividades musicales que tenían lugar cada domingo y festivo en los dos templos principales, Santo Tomás y San Nicolás, dirigidas por el cantor de la Escuela de Santo Tomás. Tenía a su disposición al coro de la escuela y a diversos músicos municipales y, cuando la música exigía mayores efectivos, se echaba mano de miembros de los Collegia Musica, que el predecesor Kuhnau había rechazado pero que se esperaba que Bach recuperase las relaciones.
Escuchemos su Sonata para violín n.º 2 en la menor, BWV 1003. Fue completada, como las demás, en Cöthen en 1720. Esta de hoy se abre mediante un Grave casi en forma de rapsodia, con tempo lento y una gran ornamentación pero con ritmos contrastantes. El punto central de la sonata es una Fuga, compleja en casi todos los aspectos y poniendo sonido a una densidad musical muy especial. El tercer movimiento es un Andante que pone sosiego y relaja la tensión después de la fuga anterior llena de energía. Termina la pieza con un Allegro rico tanto en cuando al ritmo y a la melodía.
La partitura de la obra puede descargarse aquí.
La interpretación es de Shunske Sato al violín.