Bach, suite para chelo BWV 1009

Bach, suite para chelo BWV 1009

¡Feliz domingo! Terminamos la semana con la siempre profunda música de Bach. En el caso de la música para violonchelo es algo más evidente por lo que este instrumento tiene de imitación de la voz humana. Bach extrae el jugo al instrumento de una forma que casi nadie más ha conseguido.

J. S. Bach

Vamos, por tanto, con la música de Johann Sebastian Bach (1685-750), compositor alemán nacido en Eisenach. Para sus clases y lecciones privadas en la Escuela de Santo Tomás Bach no usó ningún tipo de libro de texto sino que se servía de su propia música para cuestiones pedagógicas. Parece ser que el motete BWV 225 fue compuesto con objeto de que el coro conociese todos los recovecos antes de enfrentarse a una cantata. El BWV 227 también parece concebido para este propósito. Loa tradicionales motetes del siglo XVI eran insuficientes para todos los retos técnicos a los que los miembros del coro se enfrentaban. Durante la época de Kuhnau el coro tenía frecuentes problemas de disciplina pero no hay ningún tipo de registro de ello cuando Bach se hizo con el mando del conjunto.

Escuchemos la Suite para violonchelo solo en do mayor, BWV 1009. Es quizá la más conocida de las seis, por su melodía y su facilidad con respecto al contrapunto, con cierta «calidad heroica», como dijo Pau Casals. El Prelude tiene un intenso sabor a improvisación, y se abre con un ambiente sereno, con un intenso uso de notas pedales. A este bello momento de introducción le sigue la habitual sucesión de movimientos de danza: Allemande, Courante, Sarabande (llena de elementos expresivos), dos Bourrée (elemento galante que le da aún más optimismo a la composición) y una Gigue para aportar un broche de oro con su ritmo frenético, su virtuosismo y su carácter idiomático más que ninguna otra composición.

La partitura de la suite puede descargarse aquí.

La interpretación es de Reinier Wink al chelo.

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