Bailando a la puesta de sol

Ronde du Crepuscule, Chaminade

¡Feliz viernes! Vamos a ir aproximándonos al fin de semana con una música muy bella de una compositora que todavía no ha encontrado el sitio que debería tener. Afortunadamente se van recuperando obras suyas y se van interpretando más para darnos a conocer bellezas delicadas como la de hoy.

Cécile Chaminade

No es la primera vez que viene por aquí Cécile Chaminade (1857-1944), compositora francesa nacida en París. A la reina Victoria de Inglaterra le gustaba tanto la música de Chaminade que la compositora tocó el piano varias veces para la monarca en Windsor. En Estados Unidos también se sentía verdadero delirio por ella y en 1913 Francia le concedió nada menos que la Legión de Honor. Pues bien, cuando nuestra compositora de hoy murió casi fue inmediatamente olvidada. Bizet la llamaba cariñosamente «mi pequeña Mozart» y le dijo a sus padres que deberían llevarla a estudiar al conservatorio de París. Sin embargo, el progenitor dijo: «Las chicas burguesas están predestinadas a convertirse en esposas y madres». Su madre permitió que recibiese lecciones privadas de Bizet y Chaminade pudo dar su primer recital público aprovechando que su padre estaba de viaje de negocios.

Escuchemos su Ronde du Crépuscule, op. 133, composición de 1909 para coro femenino y piano. Es un bello ejemplo de la música exquisita de Chaminade. La reina Mab y su amante se están besando al atardecer en el bosque. Los elfos danzan y cantan bendiciendo ese amor, todo en un ambiente lleno de misterio y de encanto. Se trata de una obra no demasiado complicada para el conjunto coral pero que tiene que exprimirse para extraer el sabor de toda la escena, tan llena de colores. Una verdadera delicia.

La interpretación es de Voices of Ascension.

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