Bella hija del amor

Bella figlia, Verdi

¡Feliz jueves! Es posible que estas palabras en español no te digan mucho y sí cuando las veas traducidas a su lenguaje original. Es el poder que tienen muchas lenguas: que gracias a la música se han introducido en nuestra vida y nos permite conocer muchas expresiones. ¡Qué sería del lenguaje musical sin el latín o el italiano! Pero, por encima de otras disquisiciones, vamos a disfrutar de muy buena música y que, además, es conocidísima.

Giuseppe Verdi

Es de Giuseppe Verdi (1813-1901), compositor italiano nacido en Le Roncole. Lo que Haydn fue al cuarteto de cuerdas, Verdi lo fue a la ópera. Con siete años ya tocaba el órgano en la iglesia de su pueblo y con quince empezó a componer y a estudiar privadamente tras ser rechazado en el conservatorio de Milán. Su primera ópera fue todo un éxito y a partir de ella todo fueron parabienes. En 1847 se casó con la soprano Giuseppina Strepponi y durante ese tiempo compuso las que son sus óperas más famosas: Rigoletto, Il trovatore y La traviata, esta recibiendo una poca acogida durante su estreno. Otro hito fue el estreno de Aida en El Cairo pero le dejó tan exhausto que decidió dejar el género por lo pronto, aunque lo retomó más tarde. En sus últimos años luchó para fundar un hospital y, en Milán, un hogar para acoger a músicos jubilados.

Nos fijaremos precisamente en Rigoletto. Es una ópera en tres actos con libreto de Francesco Maria Piave y que se estrenó en 1851, estreno que fue un éxito inmediato y desde entonces generalmente se piensa que es una de las mejores partituras de Verdi. Su trama tiene lugar en Mantua y ahí la hija del jorobado Rigoletto, Gilda, ha sido seducida por el disoluto duque con enfado de aquel quien contrata a un asesino (Sparafucile) para matar al noble. Sparafucile termina matando a Gilda, quien en verdad estaba enamorada del duque. En el tercer acto está el cuarteto Bella figlia dell'amore, en el que los cuatro personajes (Gilda, Maddalena, el duque y Rigoletto) muestran sus sentimientos: Maddalena seduciendo con su risa, el duque con sus frases vanas, y Rigoletto preguntándole a Gilda si todavía no se ha convencido de que el duque es un malvado.

La partitura de la obra puedes descargarla aquí (página 28 del pdf).

La interpretación es de Luciano Pavarotti (tenor), Cheryl Studer (soprano), Denyce Graves (mezzosoprano), Vladimir Chernov (barítono) y la Orquesta de la Ópera del Metropolitan dirigida por James Levine.

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