¡Feliz lunes! Empezamos otra semana (la última completa de enero) y le va a dar fuerza estas poderosas palabras de uno de los salmos. Si potentes son las palabras, no menos impulso tendrá la música, que procede de nuestro país vecino.

Es João Lourenço Rebelo (1610-1661), compositor portugués nacido en Caminha. Fue niño sirviente de la capilla del duque de Braganza en Vila Viçosa, en la que su padre trabajaba como cantor. Es probable que estudiase con Roberto Tornar, siendo este también maestro de música del rey Juan IV, de quien Rebelo se haría amigo. En 1640 él y su hermano Marcos acompañaron al rey a Lisboa y este le dedicó su ensayo Defensa de la musica moderna contra la errada opinion del obispo Cyrilo Franco, alabando la calidad de Rebelo. Dos días antes de su muerte, el monarca se preocupó de que las obras de Rebelo quedasen publicadas, y fueron distribuidas por España, Italia y otros lugares. En ellas presenta efectos policorales, escritura instrumental y ornamentación vocal, que sitúan a Rebelo en el barroco.

Vamos a escuchar su motete Super aspidem, con texto de un versículo del salmo 91. Una de sus características es la repetición de motivos y palabras, a veces hasta casi lo obsesivo. Por ejemplo, en esta obra, la mitad de su tiempo lo ocupa la repetición de las palabras et conculcabis leonem et draconem. La mezcla de escritura vocal e instrumental hace que la música sea más suntuoso, de manera que incluso nos recuerda a maestros italianos como Gabrieli.

La interpretación es de The Sixteen dirigido por Harry Christophers.