¡Feliz sábado! Hoy es el día de la Virgen del Carmen por lo que, antes que nada, quiero felicitar a todas las Cármenes y Carmelos. Vamos a hacer lo de siempre, escuchar música, y vamos a hacerlo por medio de la de un maestro que nos ha acompañado varias veces y nos ha dejado un buen recuerdo.

Se trata de Alessandro Grandi (?-1630), compositor italiano del que no se conoce su lugar de nacimiento. Parece ser que en 1597 fue responsable de la música de una hermandad de Ferrara, cosa que hizo en otras hasta 1617, año en que fue contratado como cantor de la basílica de San Marcos en Venecia. Su valía debía de ser alta puesto que tres años más tarde se convirtió en el asistente de Claudio Monteverdi, por supuesto también en Venecia. Se aproximaba a las obra desde un punto de vista muy interesante puesto que se amoldaba perfectamente a la letra del texto con unas melodías muy conseguidas. Una de sus especialidades era la cantata profana en la que una voz iba variando la melodía sobre un bajo, en el mismo modo en el que luego Purcell elaboraría verdaderas maravillas.

De él vamos a escuchar su Salve Regina, para voz sola y acompañamiento de dos violines y bajo continuo. Aquí comprobamos esa facilidad del maestro para adaptarse a un texto que le proporciona el material base para la obra, y cuya melodía se va adaptando al discurrir de las palabras. No se contenta con un determinado tempo o compás de una forma lineal sino que va haciendo discurrir la composición creando pequeños pasajes cada uno con su microclima. Grandi muestra un alto grado de adaptación y una gran maestría en todo lo que utiliza. Una verdadera joya.

La interpretación es de Philippe Jaroussky (contratenor) y el Ensemble Artaserse.