Cántico en honor de la Virgen

Canticum, Charpentier

¡Feliz sábado! Básicamente, lo que hacemos aquí cada sábado es escuchar un cántico en honor de la Virgen ya sea en forma de motete, de antífona o de otro tipo. Sin embargo, la obra de hoy es que realmente se llama así y es una verdadera maravilla. Si ayer escuchábamos música barroca española hoy nos quedamos en el mismo periodo pero viajamos al país vecino.

Marc-Antoine Charpentier

Y lo hacemos para disfrutar de la música de Marc-Antoine Charpentier (1643-1704), compositor francés nacido en París. Su familia se dedicaba al arte y a él lo mandaron a estudiar al centro de arte por excelencia, es decir, Italia. Allí conoció a Giacomo Carissimi y parece ser que estudió con él. Volvió a París y comenzó a colaborar con Molière después de que este rompiese con Lully. Luego se encargó de la formación musical de varias familias pudientes parisinas hasta que, en 1679, lo hizo para el delfín. Desde 1684 fue el responsable de la música en varios templos jesuitas de la capital y su fama creció como la espuma. En 1698 fue director musical de la Sainte Chapelle de París hasta el día de su muerte. Alguna publicación contemporánea dijo que era superior a cualquier compositor italiano.

Escuchemos su Canticum in Honorem Beatae Virginis Mariae inter Homines et Angelos, H, 400. Es una composición de 1680 y está escrita en forma de diálogo íntimo entre los hombres y los ángeles, hablando ambos sobre la Virgen. Obviamente, Charpentier sabe sacarle todo el partido a la composición ya que introduce momentos en diálogo y otros en los que canta todo el coro de forma que el dramatismo también está presente en esta pieza. Escuchamos cuatro hombres y cuatro ángeles y una pieza que continuamente desborda alegría y gozo. Toda la sabiduría de un gran maestro en una pequeña obra.

La partitura de la composición puede descargarse aquí.

La interpretación es de Le Concert des Nations dirigido por Jordi Savall.

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