¡Feliz miércoles! Tenemos que insistir en que la paz sea la protagonista de nuestra vida. La necesitamos en el mundo, en nuestras familias y con nosotros mismos. Vamos a ponerle hoy fondo musical a la paz, por decirlo de alguna forma.

Nuestro compositor de hoy es Pēteris Vasks (1946), compositor letón nacido en Aizpute. Su inspiración y su base musical es la música popular letona, con unas composiciones que surgen del silencio y llegan a lo más profundo de nuestro ser, para desvanecerse otra vez; en ese sentido, se aprecia cierta herencia de Witold Lutoslawski. Durante dos décadas Vasks trabajó como contrabajista y se graduó en el conservatorio de Riga en 1978. Paso a paso comenzó a componer y se forjó un estilo muy personal que ha sido calificado como espiritual, con un gran poder evocador y ricamente expresivo. En ella muestra la dualidad entre la libertad que nos ofrece la naturaleza y las contradicciones propia de la condición humana, llena de violencia y de desesperación.

Escucharemos su obra titulada Cantus ad pacem. Es una composición para órgano escrita en 1984. Su gusto por componer piezas para el instrumento vino tras escuchar el gran instrumento de la catedral de Riga. La idea de la pieza de hoy es el entendimiento personal de la naturaleza, la belleza de la misma y, como contrapartida, su destrucción del medio por el hombre. La obra no presenta una gran dificultad, pero sí una gran variedad de sonidos, desde los momentos más íntimos a una gran explosión de acordes que toman una fuerza que es espectacular. Es una obra que tiene una fuerza muy especial.

La interpretación es de Klavs Liepins al órgano.